top of page
Foto del escritorMiguel Galindo Sánchez

...Y AQUÍ SEGUIMOS



Empezamos la tercera semana del “goulagh” sanitario este. Me recuerda al angustioso libro de Saramago, “La Ceguera”, solo a veces, afortunadamente… Ayer recibí la noticia de que un amigo mío, de mi pueblo, ha muerto por coronavirus. Lo había visto, no hacía mucho, rebosante de salud (se cuidaba mucho), me contaba su actividad física diaria… siempre le gustó hacer deporte. Este puto bicho es incontrolable, y no se deja hacer ningún traje a medida, es él quien nos lo hace a nosotros. Resulta impredecible. Da lo mismo patologías previas que no. Pero los que aún lo vamos contando, estos huecos, que por edad suelen resultar casi naturales sin pandemia, en estas circunstancias sin embargo, nos son especialmente dolorosos..


Cóvid-19 no es un asesino selectivo, si no indiscriminado. Es como suelen comportarse los virus que se defienden atacando. Que lo hacen indiscriminadamente… Porque yo sigo pensando que es un factor correctivo de la naturaleza, qué quieren que les diga… Estábamos al borde de un cataclismo climático (lo seguimos estando, solo lo hemos aparcado) con una atmósfera envenenada y contaminada a un extremo casi letal, y este virus ha logrado, al menos, recuperarla en lo posible y posponer el desastre durante un tiempo, en la esperanza de que aprovechemos ese tiempo en sacar conclusiones y en no volver, cuando volvamos, a cometer los mismos errores y barbaridades…


…Aunque yo, personalmente, tengo mis muy serias dudas. El ser humano es el único animal que tropieza en la misma piedra docenas de veces, hasta que parte la piedra o se parte el pie. Si es lo primero, sigue. Si es lo segundo, se ve obligado a pararse, y, con suerte, a lo mejor hasta se pone a pensar... Dicen que esto ha sido un correctivo enorme para el sector turístico, por ejemplo, pero al menos, el índice de basuras soportadas por los lechos marinos y otro vertederos está detenido, y muchos lugares castigados por el uso y abuso masivo y depredador del turismo degradatorio se están recuperando a buen ritmo. E incluso los destinos naturales son ahora más naturales que nunca. Y esto es un hecho, no una fábula. Estas pandemias pueden hacer a las personas más prevenidas por un tiempo, pero no las hace ser más inteligentes.


En mi confinamiento recibo las visitas guardando la distancia social, como dicen los politicorrectos y politicorrectas… que es un término todo lo correcto que usted quiera, pero gilipollas como él solo, parido en los laboratorios diseñadores del politilenguaje. Cuando esto pase, ¿qué es lo que se nos quiere decir?, ¿Qué un beso, un abrazo, una mano en el hombro, un cogerse del brazo, una palmada en la espalda, son demostraciones antisociales por no guardar una distancia calificada como “social”?.. Una completa estupidez. Llámelo distancia sanitaria, o de seguridad, o aséptica, o terapéutica, que es lo suyo, y lo correcto, y lo que corresponde definirse por lógica.


… Pues que decía – me enrollo en idioteces y pierdo el ripio – que me suele visitar algún nieto de los mayores, a charlar un ratico, siendo ésta la más valiosa y mejor terapia que hay en estas condiciones… - ¿Qué, abuelo, como vas, qué haces?.. me pregunta– Pues aquí, hablando con los muertos, le contesto… Y pone los ojos como platos. Entonces le enseño el libro que estoy leyendo, ¿ves..?. Ernesto Cardenal, pero aquí en la casa tengo cientos de autores muertos y de voces lejanas que, cuando quiero dialogar con ellos, solo tengo que abrir sus páginas. Nos transmiten sabiduría, conocimiento, a través de décadas y siglos. Están muertos, pero viven para ti cada vez que los necesites. Y están dispuestos a hablar contigo cuando lo precises, por muertos que estén… A mí me gusta hablar con ellos. Incluso más que con muchos vivos…


Cualquier historia, a viva vocce o leída, es una experiencia compartida. Siempre. El autor de un libro la comparte con los que lo leen, y en una conversación la comparten los conversantes. Cardenal, por ejemplo, en este momento estaba compartiendo conmigo, aquí, sus Epigramas… y no deja de ser un muerto, pero está vivo en sus pensamientos cuando alguien los lee…

…Y no puedo dejar de pensar que los mayores que ahora estamos confinados, nos estamos convirtiendo en generadores de recuerdos… Y no sé si eso es bueno o es malo… O tan solo es una puñetera puñeta.


MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php / próximo programa, día 17 Abril: …MISIÓN CUMPLIDA

Si quiere recibir gratuita y diariamente estos escritos en casa, facilite en miguel@galindofi.com su e.mail, y les serán enviados.

0 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page