Dicen, cuentan, parece ser, que este verano las playas van a parecer baños termales. Aparte por el calor y la subida de la temperatura media del agua, por lo organizado y medido que va a estar su utilización. En fin… eso tendré yo que verlo, pero, claro, habrá que intentarlo. Cuentan y dicen que tendrá horarios, señales por todos lados, cupos de entrada, balizas, vigilantes, aplicaciones sobre cómo está el aforo para bajarse al moro… hasta pantallas intertoldos, o interhamacas, según qué casos o qué cosas. Algo inédito. Y creo que esperpéntico, la verdad, pero aún no lo sé. Ya lo veremos…
O sea, esos ocios playeros de tortilla y filetes empanaos con arena y toalla barriguera está empezando a ser cosa del pasado, o eso, al menos, aseguran. Esas expansiones de “miramicuerpo armamía”, o la del “nene, deja ya la pelotica”, con que adobábamos el remoje, no creo, o eso dicen, sea ya posible. Va a ser todo como muy normalizado y con póliza del estanco, y permisos municipales y certificado de penales. Usted solicita espacio, y se le asignará según hora y volumen de tribu familiar (los abuelos, por ser de riesgo, habrá que traerlos en traje de buzo) y a los críos debidamente atados. Y el verano azul de Chanquete empezará a ser verano gris-oficina-Fase IV…
Lo malo va a ser compartimentar al personal ya una vez puestos a remojo. Si no se le puede poner puertas al campo, al mar tampoco. Mucho menos a las “emisiones”, flotantes o no, (contaminantes como la que más) a las que de toda la vida hemos estado tan acostumbrados, y que no dejan huella de autor, ya sabe… usted se mete, larga en líquido o en sólido, pone cara de San Luís de Gonzaga, y se aparta discretamente del lugar de los hechos… ¿Por si hubiera afluencia a la bañera común, habrá que portar mascarilla?.. Si se moja, no vale, habrá que poner en el mar un “prohibido salpicar”, con letras bien gordas como el Cabezo Gordo… No sé, lo veo todo muy complicado. Y las duchas de la playa, bueno, habrá que enseñar al usuario a desinfectarlas antes de usarlas. O trincarlas y que los playufos se lleven la sal y la arena a su casa. Y esto lo dudo, dado lo indisciplinados, apañados y vivalavirgen que solemos ser de natural…
Cuando yo era un crío, allá por el año del cólera, y me metía en las sandalias de goma y el bañador estirajao, no había este problema. Quizá porque, aunque venía gente, no venía tanta, o quizá porque los virus no se anunciaban, o puede que porque en la orilla del mar solo había cantiles, muelles, y tres palmos de pedrerío dejados por la resaca marina. Y apáñatelas como puedas… Claro, luego se tiraron esos muelles y se hicieron playas artificiales, precisamente para eso mismo, para poder meter más gentío de chiringuito y cupieran más veraneantes de los de antes… Y mire por donde, ahora, por culpa del jodío microbio este, de poco nos sirve ya el invento. Seguro estoy que, de estar como estaba, no tendríamos estas preocupaciones.
Y es que nunca llueve a gusto de todos. Yo estoy seguro que el mar y los peces lo agradecerán, pero, claro, ellos no cuentan en aqueste negocio. Son los peces de tierra a los que les es difícil, muy difícil, dificilísimo, conciliar ambos extremos. Se necesita un mar sano e incontaminado para poder venderlo a nuestros clientes, y si aumentamos su uso indiscriminado por el exceso de los mismos, nos cargamos el medio que necesitamos impoluto para atraerlos… Jodido.
Pero, en definitiva, el terrible problema es el que el coronavirus ha puesto delante de nuestras narices: gracias al confinamiento y la paralización del transporte se ha recuperado el medio ambiente. Hacía décadas que no respirábamos aire tan sano. Hasta las especies animales se están salvando… Así que, si queremos reconquistar nuestra enfermiza normalidad anterior, habrá que ser a costa de la naturaleza, y también, por ende, de nuestra salud.
Porque está indeleblemente relacionado lo uno con lo otro. El Cóvid.19 nos ha llegado por una zoonósis, producida a su vez por la degradación del medio ambiente trasladada a los animales. Lo han dicho los del Csid e investigadores de medio mundo: la crisis climática trastoca las cadenas naturales, y produce virus tipo sida, ébola, o gripes malignas como ésta, que vuelven a mutar en otros patógenos. El origen está en lo que ya sabemos, y la solución no se basa en poner mamparas entre nosotros, ni en bañarse en gel hidroalcohólico, ni en ir de Guerrero del Antifaz por las calles, si no en empezar a pensar y obrar de otra manera…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ
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MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php / próximo programa, día ______ …MISIÓN CUMPLIDA
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