(de Las Provincias)
…Un poco de equidad. La oposición hacia la tristemente famosa “Ley de Amnistía” tiene toda la legitimidad del mundo, naturalmente que sí. Pero las barbaridades, embustes y atrocidades que se están diciendo no tienen base alguna. Y eso se está produciendo por dos razones principalmente: por la ignorancia general que aqueja a nuestra ciudadanía, de una atroz incultura política, que se deja arrastrar por el que más grita; y por un Pedro Sánchez abonado a sus mentiras (hace nada juraba que no iba a hacer lo que va a hacer ahora) y su indisimulable apetencia por el poder, aún a costa de su propia palabra… Su desaforada ambición y prepotencia se lo pone fácil a cualquier oposición.
Pero lo cierto es que, aparte el contenido legal de esa Amnistía, que ahora seguido trataremos de echarle una pensada, ha hecho enterrar la declaración unilateral de independencia torciéndole el morro a Puigdemont, haciéndole volver a la senda institucional, y sometiéndolo a una mesa de diálogo multipartidista (el que lo niegue ante los micrófonos es la única coartada ante sus rabiosas bases, una pose)… De hecho, el pasado 9/11, tanto su propio partido como Ezquerra Republicana, votaron contra una propuesta de la Cup para impulsar el referéndum de autodeterminación… Y también de hecho, la política del indulto (que no perdón) junto a la del palo y la zanahoria, logró la paz en el conflicto catalán desde 2017 acá, incluso restándole votos a ERC.
El Catedrático de Derecho Constitucional Juan José Solazabal, en contra de las atrocidades que se difunden, niega que el Estado de Derecho se ponga en riesgo. Dice: “son alarmistas que usan hipérboles no ajustadas a la realidad. En nuestro sistema democrático, el Tribunal Constitucional preserva el Estado de Derecho. En realidad, no hay riesgo para nuestra democracia”… Lo cierto y verdad es que el trámite para aprobar esa Ley de Amnistía es un camino largo: puesto que se va a recurrir – y hacen muy bien en recurrirla – habrá de pasar, tras el trámite de las Cámaras (y la del Senado no va a ser fácil), por el Tribunal Supremo, por el Constitucional, amén de que Bruselas ya ha recordado al Gobierno que la CE deberá sancionarlo… Lo de mientras tanto se haga con lo de Puigdemont es el “trato o truco” de otra viñeta de este tebeo.
Por otro lado, la Asociación de Juristas aclara que “la medida (amnistía) no impide que se aplique – con mayor rigor aún – el Artículo 155 o incluso el Código Penal llegado el caso, si se repitiera lo del “procés”… Y comenta su estupor por la reacción “desmedida” que se está produciendo. No es lo mismo – dicen – una manifestación que una algarada. Por supuesto que no, pero hay partidos que lo olvidan según su particular interés, y se ha estado (y/o se sigue) llamando a la algarada pública llamándolas manifestaciones… Resulta lógico mientras sus panegiristas (Abascal): “los golpistas del Psoe y Junts han su amenaza a la unidad nacional”,… o la otra (Díaz Ayuso): “nos han colado una dictadura por la puerta de atrás”; y otros corifeos del PP, con Feijóo dejándose arrastrar y soltando las mismas bombas trufadas de medias verdades, a un personal tipo “a río revuelto, ganancia de pescadores”, como si de una llamada a las armas se tratara. Y pasa lo que pasa, paisa.
Solazában aclara para aquellos que se niegan a saber: “La amnistía es una medida e gracia que borra la responsabilidad penal de una actuación, pero no implica la derogación de los delitos”… Así está establecida en todos los países europeos y democráticos del mundo. Otra cosa es que se quiera entender, y otro caso es que se quiera respetar. Ahora mismo España está dividida (yo me atrevería a decir que “la han dividido”, si me lo permiten, claro); polarizada como nunca lo ha estado; y creo entender que la inmensa mayoría de los desaforados que berrean más que hablan, ignoran el 80% de cuánto deberían saber… Otros tantos, los agitadores profesionales, es que no quieren saber.
Mariola Urrea, Doctora en Derecho, afirma rotunda: “Ni la Ley de Amnistía ni afrontar políticamente el conflicto de Cataluña debilita a España como Estado de Derecho o Democracia, sino todo lo contrario, la fortalece… Lo que no lo hace es convocar manifestaciones violentas o recurrir al lenguaje grueso para suscitar miedo a la ciudadanía”… Ese mismo es el detalle: se ha pulsado del botón del pánico, y el personal reacciona en consecuencia de su propia ignorancia. Se nos ha “deseducado” para ello.
El Magistrado Ximo Bosch, de la Asociación de Jueces para la Democracia, ha hecho público: “Las medidas que se están negociando se hacen dentro del Estado de Derecho, y todas las Instituciones de nuestra democracia constitucional van a funcionar exactamente igual después del acuerdo”… Sin embargo, todas esas llamadas a la cordura por parte de voces autorizadas, profesionales y representantes de la judicatura, se intentan silenciar, dando voz a lo contrario. Nadie es capaz de hacerse oír en un guirigay de voces irritadas que claman como poseídas por una súbita iluminación de que hay que salvar al país… y hasta a mí me da cierto repelús publicar este artículo por si me aguardan en alguna esquina y me hinchan a palos, tal es el descerebramiento suelto.
Entiendo que Pedro Sánchez no es precisamente de fiar. Que es capaz de jurar en arameo y luego pasarse todo lo jurado por sus coulottes; que no se inmuta a la hora de traicionar lo que sea, como lo hizo con los saharauis, con tal de conservar el poder, y que yo dudo mucho de sus principios; y que es un trilero y maniobrero que enseñó el oficio de escapista al mismísimo Houdinni… Todo eso lo admito, y miren, yo tampoco me fío de él. Nada en absoluto. No me gusta un pelo, lo juro por Tutatis. Los que medran del socialismo tendrán que hacérselo ver, y los que lo votan tendrán que mirárselo…
…Pero eso no disculpa un tanto así a una oposición… ¿respetuosamente de derechas?, que hace nido con un falangismo enfermizo; con un franquismo confeso, y con un nazismo profeso… Sus Cara al Sol, sus vivas a Franco, sus Alzamiento Nacional ya, sus contínuos slogans alusivos a animar a un golpe de estado, y las declaraciones inequívocas a la pasada dictadura por parte de sus líderes, así lo demuestran sobradamente. Por activa y por pasiva… Que en las actuales circunstancias le está haciendo el caldo gordo para destronar el sanchismo, aún de manera sucia y ruin, no vale, no debe servir, éticamente hablando.
Está embruteciendo a la gente, por un lado, y por otro está alimentando a unos mastines que mañana lo devorarán a él sin ningún miramiento… Salvo, como dicen los de su competencia, que todos sean los mismos; que toda la baraja se haya vuelto ases; que tós iguales como los manguales… y entonces, si todo fuera así, y parece que lo es, pues apaga y vámonos…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – miguel@galindofi.com
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