Lo que son las cosas… Hace un par de semanas o así, en la prensa regional salió un más que posible caso de corrupción en aquesta región, porrón-pompón… Uno más, santo Tomás. Y como si nada, monada. Se refería a millón y medio de euros de dinero público que se había pagado a una empresa privada para gestionar el servicio público de atención telefónica por el coronavirus durante el estado de alarma… La cosa estaba en que tal empresa es gestionada por un ex alto cargo del PP, y fue contratada de aquella manera. Entonces yo saqué uno de mis cortos diarios – mi Chispazo del 16/07 – en el que denunciaba tan causal casualidad.
No todos los comentarios whatshapenses ni e-milienses fueron agradables, pues hay (como en toda ideología) soldados de calle y retaguardia que no admiten que los suyos sean unos trileros. Mas hete acá que ese mismo día, La Opinión, en su pág. 13, ampliaba con detalle el caso, sacando a la luz un añadido de extrema curiosidad, que es lo que quiero referir y comentarles a ustedes hoy aquí… Ignoro, naturalmente, si mis comeorejas contestadores y contestatarios, lo leerían o no, por eso de coincidir en la fecha, pero si no, les remito al recorte, porque no tiene desperdicio.
Resulta que, aparejado al caso, sale aquí el nombre de una dama, que es archi-super-mega conocido en las hemerotecas de los medios, por aparecer como pantalla, administradora única, etc. – testaferro se llama eso en el argot – en cientos y cientos de empresas relacionadas con contratos a servicios públicos. De hecho, la empresa contratante de los del servicio telefónico éste que tratamos, una tal Offshore Special Services, vinculada por cierto al ex Dtor. Gral. de Emergencias, ya saltó cuando los bomberos de San Javier se movilizaron para denunciar una posible privatización del servicio de emergencias en su municipio, pues era la misma, y ahora se sabe que había trabajado también para la Comunidad… Dato curioso: esta mujer, que estuvo al frente de esta firma de emergencias y de ambulancias, también contratada por la Consejería de Salud, se constata que había pasado por mil empresas… hasta el 2017 ya había ocupado cargos en 551 de ellas.
A finales del 2019, el diario El País vinculó a esta señora, española nacida en Francia y con domicilio en Barcelona, con una oscura operación inmobiliaria que dejó en la calle a docenas de familias humildes – por cierto que de viviendas pertenecientes a un Patronato de la Iglesia (con la que siempre topamos). La querella está en el Juzgado núm. 15 de Madrid... Según los datos publicados por el Registro Mercantil, la ubícua Mª Elena García ya ha estado al frente de 1.200 sociedades. Si esto no es un carrerón… Y hasta aquí la trama de la canela en rama de la prima hermana, al menos en cuanto a lo vinculado a nuestra administración regional: servicios de atención telefónica, de ambulancias, de emergencias, y siempre, al mando en plaza alguien del PP.. Curioso.
Pero esto es pasto común en cualquier partido que toque poder, no nos engañemos. La corrupción no busca ideología, busca bolsillos. Y nuestros políticos se han labrado buena fama de tener bolsas forradas y conciencias holgadas. En general, aunque luego entre ellos se digan que los unos más que los otros. Y este es el verdadero, el auténtico, cáncer que corroe las entrañas del país: que las instituciones están copadas por personas que solo buscan el medro personal con la política. Y como cada vez son más pocos y contados los honrados, éstos vienen a ser las excepciones de lo que ya va siendo una regla.
Con 3.000 euros de capital se puede formar una sociedad en España. Luego se pueden formar trusts, puenteando, vinculando y desvinculando unas con otras, y poniendo testaferros y/o cabezas de turco al frente de las mismas. El modus operandi es funcionar a base de subcontratas y autónomos conforme ellos van amarrando contratas (ya previamente amañadas y apañadas, como se ven en estos casos) a fin de dejar el menor rastro posible en organismos estatales. Riesgo, cero, beneficios, todos. Ya solo queda estar vinculado a los partidos que mandan, bien como pago de servicios prestados (ser un ex algo), bien metiendo la directa (cazo), bien por lo que sea… Así se obtienen contratas favorables (a dedo), y a trincar pasta gansa, pasta pública…
Esta práctica innoble y desleal, que ensucia a los empresarios honestos y honrados y al concepto de empresa, es afín y confín a la administración española, en manos de políticos de dudosa ética y moralidad. A esas manos llegan recursos públicos que han de administrar, y no se conforman con sus generosos sueldos, quieren también la parte de la tarta que tienen que compartir. Y como los sinvergüenzas abundan y nunca faltan, pues se quedan con el jornal y con el pastizal… Y mientras tanto, aquí, nosotros, entonando el qué buenos son que nos sacan de excursión…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ
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