(de Dominicas Lerma)
Las palabras atribuidas a Cristo de “tomad y comed, éste es mi cuerpo; tomad y bebed…” etc., están mal presentadas para que sean mal interpretadas. La enseñanza del Maestro eran holísticas, universales, del todo es uno… Pero no una antropofagia divino-sacerdotal.
Tuvo que decir algo parecido a “mi carne es vuestra carne y mi sangre es vuestra sangre, porque mi cuerpo es vuestro cuerpo”. Su mensaje de fondo es el de “mi padre y yo (también vosotros) somos Uno”. Todos nosotros omos lo mismo.
Es una enseñanza integral, cósmica, que no precisa iglesia alguna, ni sacerdocio, ni administradores de sacramentos, ni inventores de dogmas… A lo mejor es precisamente por eso.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
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