(de Pinterest)
Sentir no es lo mismo que saber. Uno puede aprender muchas cosas en los libros, en la vida, en los viajes, en las escuelas… pero no todas llegan a sentirse. Incluso son parte del acervo cultural de las personas, pero no del sentimiento de cada persona.
Por ejemplo: uno pisa un lugar cargado de historia; toca sus piedras sabias; oye su elocuente silencio; aspira por la piel sensaciones inexplicables… y establece un diálogo sentido, no sabido; intuido, no instruido…
Todo forma parte del conocimiento, sin embargo, lo que se sabe es algo ya aprendido, pero no aprehendido… eso es cercanía, apego, familiaridad, querencia. Solo puede conocerlo quién lo ha saboreado.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
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