Hace poco tiempo, leí en portada de un periódico nacional (válgame el cielo, la importancia del tema): “éxito, odio y polémica en el Benidorm Fest”… Por el prestigio de la cabecera del diario en cuestión, y no fuera ser que allí se estuviera dilucidando la seguridad nacional, o quizá mundial, me avengo a chapotear en el barro de su contenido… Creo que este invento del mar de los rascacielos – sarpeta me produce – es una parida más para ampliar el negocio de lo de Eurovisión, que explota en España el monopolio de RTVE, basado en seleccionar a nuestro, o nuestra, representante al kikirikismo europeo, en un festival previo donde compitan entre ellos todos nuestros jóvenes aspirantes a vivir (muy bien, por cierto) de la pose, el canto y el cuento.
Bien… pues parece que la ganadora de la parida, una tal Chanel, aseguró que ha estado recibiendo un aluvión de mensajes de odio tras su gloriosa victoria y olé… Y que toda este merder llega tras (o quizá por qué) se produjo una airada polémica tras el concurso este: se alude a que la muchacha ganó con el respaldo de un jurado que ha votado a espaldas, y en contra, de las preferencias del público – al que le invitan, por cierto, a hacer de convidado de piedra – cosa que no entiendo… Porque a ver para qué puñeta hacen votar al ganado si luego decide el pastor, pero, en fín… Naturalmente, los chanchullos apestan cuando, tras la votación popular, un jurado, o un comité, o comisión, o lo que sea, se interpone para controlar un asunto. En este caso concreto, la corporación pública RTVE defiende y decide la victoria de la zagala esta, a pesar de las inclinaciones de la gente y las críticas públicas a “su” jurado. Lo cual apesta que espanta.
Pero lo que más me espanta es enterarme que un partido político, Galicia en Común en este caso (ignoro si había algún folklorito gallego en la manda) avanzó que registraría preguntas en el Congreso para que se den explicaciones a tal efecto… Así que, sigo enfliscándome en tal problema, y me entero que, en efecto, había un trío, Tanxuqueiras, que se muestran herederas de las tradiciones musicales gallegas, que habían participado en el evento, si bien, según dicen ellas tres, ni están enfadadas ni tampoco defraudadas, aunque sus “polis-milis” regionales se quejen de que “estaría bien que, en el futuro, haya un jurado con una mayor amplitud de miras”… Según interpreto esta reacción, es que esa amplitud de miras sea llevar a Europa a uno de los Coros y Danzas de nuestra rica fama regional ibérica… Maravilla de las maravillas. Lo mejor para eso es que resuciten aquel Educación y Descanso de la dictadura, que llevaban la Navidad a nuestros emigrantes en Europa, ¿no?..
Ante tan sangrante agravio, la tal Chanel oficial-ganadora, tras lamentar, como es lógico y según su lógica, claro, las críticas a la decisión del jurado (que no a la decisión del público) advierte de que el odio en las redes sociales “afecta a la salud mental”, y empieza a posicionarse como víctima propiciatoria, a ver si así, al menos, se gana el favor del personal. Y para demostrar su extremado sufrimiento, también declara: “esta mañana he soñado que me tiraban un tomate”… Pobrecica mía, ángelico… Yo solo puedo aconsejarle que lo mejor para evitarse estos disgustos es no meterse en tales correntales. Es como el torero que tiene miedo a que lo pinche un toro, o algo así…
Pero de todo esto, lo que a mí me avergüenza profundamente es la inmediata politización, patriotera además de fulera, de algo que es puro negocio del entretenimiento – puto pan y circo – pan para ellos y circo para nosotros, claro... Todo lo que no sea llevar a un Parlamento algo que no afecta en absoluto a lo que debe ser la política serie, formal y bien entendida: el interés del Estado y de sus ciudadanos, me parece una espantosa vaciedad e irresponsabilidad. Si los señores diputados, sean de Galicia en Común o de cualquier otro partido, creen estar para estas vacuidades, más vale que se dediquen a tocar la gaita en las fiestas populares de las entrañables aldeas de nuestra tierra, pero no a ocupar un escaño público para cobrar lo que no se ganan…
Que estas cosas ocurran en este país resulta muy, muy triste. Parece que lo verdaderamente importante es entretener a la ciudadanía y ocuparse de cuánto no merece la pena. Como si no tuviésemos auténticos y graves problemas que resolver en este país, que hay que hacer “res pública” de a quién carajo mandamos a Eurovisión, como si esa fuera la imagen que realmente le importa a España… Más les vale que se ocupen (nos ocupemos) de todo lo que nos afecta tan jodidamente, en vez de todos estos altramuces y todas esas gilipolleces…
Quizá habré de disculparme ante esa parte de ciudadanaje que llena su pobre y mísera escudilla de tales aconteceres. Eso es su problema, no el mío. Cada cual es muy libre de empobrecerse enriqueciendo la bolsa de quiénes se dedican a fabricar idolillos para el consumo de pienso y el papanatismo ajeno. Lo respeto, naturalmente, pero permítanme no compartirlo, ni mucho menos defenderlo, en absoluto… Allá cada cual, y cada cuala, con su Pascuala… Pero sí que me siento impulsado, ya que no obligado, a rechazar que los que cobran del erario público, como esos políticos de chicha y nabo, hagan mal uso de los puestos oficiales que les hemos dado, y lo pongan en beneficio del cutrerío y la mediocridad que le son propios… Yo me avergüenzo de ellos y de los que aplauden tal mezquindad… no sé ustedes.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com
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