(de preferente.com)
El Real Madrid realizó cuatro vuelos (dos de ellos vacíos) para viajar a Valladolid a jugar un partido. Vertió ocho toneladas de mierda – CO/2 – a la atmósfera por no emplear unas cochinas horas en el Ave que une ambas ciudades.
Estas barbaridades deberían seguirse, perseguirse y penalizarse. Son una atrocidad contra un medio ambiente del que todos luego, cínicamente, nos presumimos de verde.
Las autoridades tienen mucha culpa por su connivencia cobarde.
Pero los seguidores, fans y amantes del fútbol son, y así han de considerarse, cómplices de estos actos criminales contra la naturaleza. Esos clubes, con esos politifarras y todos nosotros, al tolerar estas atrocidades, tan solo mostramos nuestra doble moral, fariseísmo y poca vergüenza.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
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