(de El Español)
Emil Cioran, el filósofo rumano, dejó escrito sobre el suicidio y sobre sí mismo: “hay un momento para suicidarse, y es cuando hayamos encontrado todo y lo hayamos contado todo”… La verdad es que un cacharro vacío no sirve para nada, eso es muy cierto.
La broma del destino, o lo que sea que fuere eso, es que este gran pensador murió con el Alhzéimer puesto. Esto es, que no pudo aplicar el cuento a su persona, porque se le olvidó cuanto dió. Si eso no es triste, ya me dirá usted…
Aunque yo pienso que esa enfermedad es una muerte adelantada. Como un último ensayo. Un estar sin ser. Un suicidio mental al fin y al cabo… La mente ya no tiene nada que decir, y se quita de en medio.
Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
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