Hace unos cuatro o cinco años, creo, en EE.UU., que es de dónde vienen tales modas sin ser el origen de ninguna (por eso, quizá, sea el modelo “imitativus” del resto de papanatas), que es la virtud de la estupidez humana… Un solo y universal ejemplo, por si a alguno de Vds. le interesa: si es el llamado “nuevo mundo”, ¿cómo es posible que éste pueda enseñar nada al viejo?.. Y lo más absurdo de todo: que las más antiguas civilizaciones y culturas imiten como cantamañanas a la más novata de todas ellas.
Pero, hecho esta digresión, vuelvo a lo que iba: que un avión de combate de las fueras Aéreas, pilotado por algún tontolhaba, con el vapor de su turbo-reactor, dibujó un pene en el cielo con sus atributos completos… El vicealmirante al que correspondía en escalofón, reaccionó con la dignidad de sus galones, como se esperaba de su nómina, naturalmente: “las sofocantes travesuras, absolutamente inmaduras, de naturaleza sexual, no tienen cabida en el ejército ni la aviación actual”… Punto y pelotas. Impecable el comunicado.
Nada que objetar, si no hubiese sido que, con ese pene dibujado en el cielo barraestrellado, un avispado comerciante fabricó cientos de miles de bolas-pene para los árboles de Navidad, y millones de gilipuertas norteamericanos (¡Señor, sí señor!) se apresuraron a comprarlas y colgarlas de sus entrañables abetos… Para que veamos – por mucho que presuman de ello – el espíritu religioso que impregnan sus fiestas ídem, y del que tanto alardean… God shave the América.
La coincidencia con el resto del mundo real, y/o la implicación directa que la gentuza/merluza tenemos con un mundo al borde de un apocalipsis socio-económico-climático, es total. Cuasi absoluta. Los que se creen los amos del mundo, que no dejan de ser más que los niños malcriados de ese mundo, es que ellos pueden, y deben – o a lo mejor deben porque pueden – banalizar y ridiculizar los símbolos que ellos mismos elevan a sagrado-patrio, ya que tienen todo el derecho a hacerlo, si bien el resto de ese mundo idiota tienen, por el contrario, la obligación de respetarlo… Es la opinión generalizada de todas aquellas patrias que suelen izar la bandera hasta en los retretes, que es donde arrían los pantalones.
Pero lo que quiero decir es que todos, todas las sociedades que nos llamamos desarrolladas, en mayor o menor grado somos así, y nos comportamos de igual forma o modo parecido… Estamos locos; nos hemos convertidos en masas imitantes, que aún no mutantes; que adoptamos modas, no valores; que no tenemos ni puñetera idea de las razones ni los motivos de por qué hacemos las cosas, pero las hacemos. Inconscientemente, pero ahí estamos, unidos como ganado y firmes como borregos… ¿Qué más dá que se derrumbe el mundo si se derrumba para todos?.. Todos unidos en la estupidez… Óiga, ¿a cómo son las bolas esas del pijo en las nubes para colgarlas en el tradicional santuario?..
Di Caprio ha hecho una película última (creo que se llama “No mires arriba”), donde, eso al menos he leído por ahí, fantasean con la extinción del planeta, debida a la colisión de un cometa gigantesco con la Tierra (como verán no andan muy sobrados de imaginación en Hollywood)… De uno de estos tan repetidos “quevienelobo” aciertan, ya lo verán… Además, ya J.J. Benítez, el conocido ufólogo, ha registrado ante notario que, en una media docena de años, si no antes, lo tenemos encima, que vá a colisionar en pleno Atlántico, y que se van a salvar pocos, muy pocos. Así que…
Lo que llama la atención de esta película, según me he enterado, es la actitud y la aptitud de los políticos, los generales, los altos y bajos cargos y mandos, o la medianería general del personal; incluyendo en el lote a los que tienen la responsabilidad de salvar la situación; y toda la gente (ciudadanos) que hemos dejado de ser personas para convertirnos en gentío, o sea, en vacío. En seres vaciados…
Algunos críticos dicen que “resulta en algunas escenas tan abundantemente disparatadas, que parece tremendamente real”… Y estas palabras, que encierran un aparente contrasentido, lo cierto es que intentan explicar la realidad actual. Lo que en verdad resultan ser escalofriantes. Nos están diciendo que todo el mundo hemos perdido el oremus; que el sentido común es el menos común de los sentidos; que se nos está abriendo ante nuestras narices la Caja de Pandora, y seguimos festejando y riendo como pobres cretinos; que hemos convertido el mundo en un circo del que somos sus payasos y nos aplaudimos a nosotros mismos…
Yo me voy a permitir abrir una porra con los que me leen, a ver quién se gana el jamón y el porrón… Se trata de acertar si la vamos a gibar por el cambio climático, o por el aerolito de Benítez.. Hagan sus apuestas. El pernil y el vino se obsequiará tras darse el resultado. Lo prometemos.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com
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