(de InfoBae)
“Toda persona versada en la ciencia acaba descubriendo que una inteligencia superior, infinitamente mayor que el hombre, se manifiesta en las leyes del Universo”. (Albert Einstein).
Es curioso, muy curioso, constatar esta cita en una persona que no era creyente, nada religiosa, y casi atea… La Iglesia lo separó de la verdad, y la ciencia le entregó esa verdad… Su libro “Mi concepción del Mundo”, resulta de una profundidad conmovedora.
Me reflejo tanto en su contenido que me da hasta miedo. Yo, que soy un auténtico don-nadie, un mindundi del pensamiento, empecé a descubrir a Dios en la segunda ley de la termodinámica comparándola con la primera frase del Catecismo Ripalda.
Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com
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