Nunca he aprendido a respirar como mandan los cánones para la cosa de la relajación. Y conste que lo he intentado. Pero, nada… Eso de inhalar el aire, lentamente, hasta el fondo y límite pulmonar (sin forzar, claro), pensando en cómo vivifica ese oxígeno, que purifica el organismo, para luego exhalarlo igual de despacio, largando cuánta suciedad e impureza interior de la que nos libera, jamás, nunca, lo he logrado… La culpa es de la puñetera imaginación, precisamente. Que me pongo en posición y disposición de pensar lo que se debe, y lo que me viene a la cabeza es todo lo contrario: que el oxígeno que respiro está contaminado de todo, de tubos de escape, de aires acondicionados, de lluvia ácida, de la química que vertemos, de un medio ambiente más envenenado que puro… Y, claro, se me jode el milagro.
Sin embargo, a veces, sin proponérmelo, y sin mediar voluntad alguna, me sorprende restaurarse en mis sentidos olores y sensaciones que ya no existen, que una vez fueron, pero que ya no volvieron a ser, que se perdieron entre las arrugas de un tiempo pasado y ya no pensado… Esos aromas, que, sin duda, vienen de los pliegues profundos de la estructura de la memoria, si es que ésta está estructurada de alguna manera concreta…
Los de mi generación guardamos aquel olor a tinta de linotipia que se esparcía entre periódicos, tebeos y cromos, que tardaban en secar su buen tiempo. O el de la brea del calafate de los barcos varados en un mar de cantiles. O el de los libros de escuela recién llegados a tus manos, y el de la cartera puesta en Reyes, de olor rancio a cuero acartonado, o a cartón cuerado; o el de las gomas de borrar… Y el áspero del jabón de aceite, o el delicado de aquel Heno de Pravia remoto… El de la picadura del tabaco de los viejos que contaban historias en la orilla de la playa… El del sabor a coco y a sal de los veranos… Del disolvente de los parches para ruedas en los arcáicos talleres… Del de la tahona antes de ser confitería. O del alcanfor del ropero…
…Del serrín con gasoil con que se desengrasaban los suelos; de los salazones colgados en la alacena; el acre del “callejón de los meaos”; el de los dátiles verdes recién apedreados de la palmera; el del sudor mezclado en los juegos furiosos entre pandillas; el de la sangre, cicatrizada a lametazos; el acerado de los pinos de la cerca; el de las algas podridas de los otoños; el de la miseria de las casas derruidas y los solares abandonados…
Después de tantas décadas, y todos esos olores, y muchos más, están almacenados en algún sitio de la Caja de Pandora que es el cerebro. Y lo que más me admira, es que están vivos y salen a sorprenderte cuando ellos quieren, como si tuvieran voluntad propia. Naturalmente, los aspiras y los respiras desde el pensamiento, aún sin saberlo conscientemente… Y, sin embargo, no los expiras, si no que regresan a las celdas arcanas de donde mismo salieron para decirte que no los olvides, pues forman parte de ti mismo, te guste o no te guste…
Y me doy cuenta que, cuando intento meditar, no puedo dominar los pensamientos que me crucifican a la realidad, presente o pasada, aún sabiendo que ésta última ya no es realidad ninguna… Y, a pesar de eso, estos olores, nacidos de sensaciones antiguas, sí que me dominan ellos a mí cuando les nace o les place… Porque yo no los llamo, son ellos los que me llaman a mí, y yo, simplemente, acudo a su llamada y me dejo atar con las sogas del recuerdo una vez y otra, y otra más… hasta que mi existencia se apague del todo…
Y me pregunto si acaso no es que la vida está hecha de vivencias, y las vivencias las mueve el aire que respiramos… ¿O acaso es el aire el que nos respira a nosotros?.. ¿el que pone el aroma a los recuerdos para que no se extingan dentro de nosotros?.. ¿O es para que vivamos nosotros dentro de ellos?.. Quizá por todo esto es que no puedo meditar con tanta historia en el revuelto: porque es el olor a uno mismo… Nunca lo sabré, ni tampoco es que quiera saberlo, porque siempre serán bienvenidos…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo / viernes 10,30 http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
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