“Si hay un responsable de la Guerra Civil directamente es el gobierno de la República. Un golpe de Estado no es lo que ocurrió en 1.936”. Así mismo desembuchó un exministro de UCD del año 1978, ahora de Vox y lameculos del PP: Ignacio Camuñas. Existen incombustibles arribistas políticos capaces de adoptar posturas contrarias y adaptar verdades a falsedades con el fin de no bajarse del carrusel de donde maman desde hace décadas… Este sujeto se agarró anteayer a la transición lo mismo que hoy defiende la involución. Como las garrapatas.
Esta sorprendente declaración fue avalada por el silencio asertivo de Casado (a saber si no fue programada de antemano para que la Vox de su Amo – Camuñas – fuera la correa de transmisión). Tras su trabalinguista Ley y Democracia con el que Casado intentó, torpe pero arteramente, igualar la responsabilidad entre golpistas y golpeados… Claramente, el PP se ha embarcado en un peligroso movimiento revisionista de nuestra Historia, afín a las tesis de Vox, al que no le importa mentir y falsear al más puro estilo hitleriano y/o estaliniano. Un revisionismo histórico donde se pretende borrar el golpe de Estado del 18 de Julio del 36, como si no hubiese existido… O, en su caso, revertir la culpabilidad y responsabilidad del mismo.
Pues muy bien. Ayer se desdijo de su declaración de centrismo político hecha en el Congreso de los Diputados, separándose de las tesis ultras de Vox, y ahora jura su bandera de embustes y tergiversaciones. Como para fiarse del pajarito Pablito… Es un simple y vulgar oportunista que adopta y se adapta a la estrategia del momento, sin importarle un bledo manipular unos principios de los que – visto lo visto – carece… Su abrazado extremismo actual obedece a una estrategia determinada: Sánchez impulsa la nueva Ley de Memoria Histórica, corregida y aumentada con respecto a la pacatería de Zapatero en la suya del 2.007 (y que tampoco es que se pase, ni mucho menos), y a esto, naturalmente, hay que oponerle un fuerte revisionismo que ampare a los que justifican a los golpistas y/o los equiparan a los leales y legales gobernantes… Este es el motivo y la causa de que Casado se haya puesto la camisa azul, boina roja bajo el galón derecho, y esté ensayando el brazo en alto, enhiesto y viril, como decía Franco, con taconazo y media vuelta incluidos.
La nueva Ley tendrá que ser aprobada por el Congreso tras el Consejo de Ministros. El nuevo ministro Bolaños dice que “es la primera que repudia y condena expresamente el golpe de Estado de 1936, así como la Dictadura posterior”… y para que no quede ninguna duda al respecto, los gemelos PP y Vox ya han anunciado que derogarán esa Lay nada más ellos lleguen al Gobierno… La cosas claras, y la política espesa… Porque, en puridad, aquí no se está tratando de un conflicto derecha-izquierda, si no, a mi entender, de un conflicto democracia-dictadura. Nada más y nada menos. Ni siquiera digo legalidad-ilegalidad, puesto que cada forma de gobierno plantea y dicta las suyas propias, y hablar de ilegales o legales me parece sacado de La Codorniz, que había sido muy audaz e inteligente para buscarle el matiz escondido… Repito: lo que debemos establecer es la dualidad dictadura-democracia, no derecha-izquierda. La cosa es terriblemente simple:
Supongamos que en Julio del 36, el gobierno republicano hubiera estado regido por los de la Ceda de Gil Robles, por ejemplo… Y que un grupo de izquierdas y ultraizquierdas, ayudados por la madre pero mala Rusia y demás, se hubieran levantado en armas contra el gobierno legítimamente constituido, y fuera derrocado. Pensemos y sopesemos tal posibilidad. Para mí, sin duda alguna, sería un golpe de Estado exactamente igual… Sin embargo, a lo mejor, o a lo peor, Pablo Casado sería ahora un acérrimo defensor de la República y de la idea del golpe, y Pedro Sánchez y sus acérrimos socios puede que no lo serían tanto…
Aquí se está oscuramente interesados en que la gente confundamos república con izquierda y golpe de Estado con derecha. Y, lo primero, al menos, es toda una aberración. Si las cosas fueron como fueron, así se ha de reconocer en un clima de entendimiento, perdón y tolerancia. Bien pudieron haber sido esas cosas al revés, como cuento en el supuesto, y entonces el resultado sería al contrario de lo que tenemos hoy en este manipulado enganche político…
Mi guerra no es esa, lo siento mucho. Mi guerra es democracia o dictadura, legalidad o ilegalidad, libertad o represión, liberalismo o absolutismo… pero no izquierdas o derechas. Ambas ideologías tienen motivos suficientes como para avergonzarse y arrepentirse de sus desmanes y apetencias de poder, y represiones sangrientas, a lo largo de la historia en distintos puntos de la geografía del mundo, como para venir ahora a presumir de nada. Ninguna de ellas.
Cuando las Memorias históricas se reduzcan a la Historia objetiva (no a la memoria política, ni la memoria ideológica) y la respetemos como tal, y aprendamos de ella todos y todas y todes, entonces habremos avanzado como seres humanos. Mientras tanto, aún seremos orangutanes tribales aporreándonos el pecho ante el tótem… y pido perdón a los orangutanes.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ
www.escriburgo.com
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