En matemáticas, uno y uno son dos. No así en muchos aspectos de la vida real, donde un león y un cordero no son dos animales, es uno solo, puesto que el primero se come al segundo… luego aquí, en este caso, 1+1=1.
Igual o parecido ocurre con un político y un ciudadano (al menos en España) donde el primero también “se come” al segundo. Solo queda el político, y el ciudadano queda anulado.
Lo de un ciudadano, un voto, es solo para afianzar al político, pero después de las urnas, ya saben… el político al bollo y el ciudadano al hoyo. Piénsenlo ustedes.
Miguel Galindo Sánchez /www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com
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