Para mí, que nací y me crié creyendo en que EE.UU. era la meca y patria de la democracia, el ver su símbolo del Capitolio asaltado por ultranazis que quieren imponer por la violencia su voluntad, despreciando el resultado de las urnas, es el principio del fin...
Y un, ya casi expresidente, derrotado por los votos, incitando y animando este golpe de estado extremista, es para que estuviera ya apartado y en la cárcel en un estado de derecho.
Si esto no es decadencia, que alguien me diga qué puñeta es...Es, históricamente hablando, lo más parecido al asalto del Bündesthag por los camisas pardas de Adolf Hitler. Exáctamente igual...
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