Si llegan a saber los “pepitos” de Castilla-León que el adelanto de las elecciones les iba a suponer cambiar de socios de gobierno: de Ciudadanos a Vox, se habrían estado quietecicos… o como en la instrucción de la “mili”: ¡ atención, descanso, ar ¡. Hay veces que ganas es perder, y, por mucho triunfalismo que destilen los del PP, en esta ocasión, ganando han perdido, pues se tienen que entregar a las fauces de Vox si quieren medio gobernar. Aquella (falsa, claro) ruptura en el Parlamento de Casado frente a Abascal, de “claro que no somos como ustedes, es que no queremos ser como ustedes”, se va a convertir en “lo que ustedes quieran”. Tanto achacar al socialismo de formar un gobierno comunista, y ahora los otros le van achacar a ellos formar un gobierno fascista… ¡joer, qué divertido!..
Pero hay cosas que se podían prever, como el hundimiento de Ciudadanos. La traición de Rivera y los vaivenes de su sustituta aún pasan onerosa factura. La gente ya no se fía de unos cantos de sirena que nacen de una dudosa centralidad apuñalada por ellos mismos. Lo que el PP creía es que esos votos iban a pasar a ellos, y no… han pasado de largo para instalarse fuera de ellos. A partir de hoy, el (inexistente) centro-derecha del que tanto presumen, ya no existe… Y, al otro lado del fantasmal espectro, a Sánchez se les han ido los votos a partidos localistas de la España vaciada… Pues mira, ya está menos vacía. Tampoco debía esperar otra cosa. Que un partido de derechas abandone a su albur a la geografía despoblada, va en su naturaleza, y se puede esperar (lo hicieron durante 40 años de dictadura, y también luego), pero que lo haga un partido de izquierdas, humanista y progresista, pues no… Así pues, esos mismos representantes les han nacido de sus costillas, por a lo que el Psoe fue insensible… En cuanto a UP, sigue en caída libre, a pesar del jarabe reconstituyente marca Yolanda Díaz…
Si lo miran bien mirado, las matemáticas electorales de sumas y restas lo encajan perfectamente… Y existe un detalle de perspectiva que no conviene perder de vista, por lo menos por parte del PP, y es que, tras 35 años de gobierno consecutivo, inapelable y hegemónico de ese partido, desde las anteriores elecciones de 2019, que las ganó el Psoe por la mínima, a éstas que son ellos los que las han ganado también por la mínima, el PP ya ha dejado de ser imbatible en esas tierras de la alta Castilla y por muy castellanos que sean… En esta ocasión, le vieron tanto las orejas al lobo en la recta final, que se trajeron de refuerzo a la siempre peligrosa y arriesgada Isabel D. Ayuso a mitinear. Y, como siempre, Isabel de Castilla sumó para ella, no para el PP, y tampoco para Castilla… Otro tanto para Ayuso, y otro menos para Casado. Y tanto tan tondo es éste, que no ve que ya le está cambiando el lema a su comunidad autónoma: “de Madrid al cielo” se está convirtiendo en “de Madrid a España” desde Malasaña… Y Teodoro García está que no se fía.
El gran problema lo veo, precisamente, en esas próximas generales… Estos comicios han sido entendidos, y así mismo vendidos, en clave nacional. Como el resultado, dicen, es extrapolable al cercano relevo de legislatura. Si así fuera, ya podemos empezar a poner las barbas a remojo. Pues si el modelo funciona, tendremos un PP y un Psoe empatados en el pulso, pero con un Ciudadanos desaparecido del mapa; un UP en franca decadencia; y un Vox en franca crecencia… Hagan ustedes mismos sus cálculos, porque yo no me atrevo.
Y aquí, en nuestra murciana comunidad, que ya son el año que viene, miren vuecencias el panorama que tenemos: un Psoe mediocrizado; unos Ciudadanos volatilizados; una izquierda-izquierda inexistente; un PP con el aspirador conectado y sin escrúpulo alguno; un Vox en franca reconquista; y un electorado pasmado, con unos ganaderos y agricultores cabreados y movilizados, y que son más conservadores que las propias conservas…
Una vez dicho todo esto, la ciudadanía deberíamos de hacernos una pregunta: En Castilla-León apenas ha votado la mitad de ese mismo ciudadanaje de escaso pelaje. La abstención es, por lo tanto, muy alta… ¿Qué hubiera pasado de haber votado esa mitad que se ha quedado en casa?.. Probablemente los resultados hubieran sido otros muy distintos, y este servidor de las monjas estaría pariendo un análisis muy diferente. O quizá no, posiblemente hubiera sido el mismo, eso no lo sabemos… Y seguiremos sin saberlo mientras el personal no se involucre seriamente en ello y deje de esconder su responsabilidad en la huida de la realidad.
Y éste, y no otro, es el quid of the question… Si nos preguntamos el motivo de tan alta abstención, la respuesta es clara como el agua clara: la gente está hasta los mismísimos cogolondrios de sus políticos y de la política desarrollada en este país a espaldas de sus ciudadanos. Existe cada vez una mayor desilusión, decepción y desafección, y eso, precisamente, redunda en beneficio de los partidos manipuladores, deshonestos y corruptos… Parece un contrasentido, pero no lo es. En democracia, esos mismos ciudadanos han de ejercer la obligación moral de la que carecen sus políticos mentirosos: elegir un gobierno lo menos indecente posible; hacerlo fuerte y estable; y luego, después, exigirle con dureza los cambios, correcciones y leyes que deben promulgarse para poder gobernar para el pueblo, y no para acaparar del pueblo.
En pocas palabras, cuánto se ha debido hacer y ninguno ha hecho: cambiar la ley electoral; la representatividad; acometer las listas abiertas; actualizar y reforzar la constitucionalidad, y un montón de etcéteras que aún están por estrenar en ésta, aún, semidemocracia asistida. Esto es: terminar con la dictadura de los partidos y ponerlos a servir a, y no servirse de, el pueblo, que es, en definitiva, lo que está ocurriendo… ¿O tan ciegos estamos que no sabemos verlo?..
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com
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