Un dato: se ha disparado la venta de bicicletas en un 80%, y es que el miedo a los contagios Cóvid en el transporte público ha subido la demanda... ¡Qué raro... en botellones, fiestas, quedadas y saraos no tenemos miedo... solo cuando vamos a trabajar!..
Ojalá convirtiéramos nuestras ciudades en bicicletóideas. Como en muchos países de Europa central. Tenemos un clima envidiable para poder hacerlo, mucho mejor que el de ellos, pero no tenemos lo que hay que tener apartes de ello. Por eso veo tan extraña esta noticia.
El fracaso de las iniciativas municipales lo demuestra: aquí solo queremos las bicicletas urbanas para destrozarlas, robarlas o abandonarlas. Es la diferencia entre ciudadanos y cafres, entre esos países y el nuestro...
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