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Foto del escritorMiguel Galindo Sánchez

LLEVAR RAZÓN



No solo queremos tener la razón. Es que también queremos obtenerla. No es lo mismo una cosa que otra. Se puede tener más razón que un santo y que nadie te la dé, y eso supone una especie de tragedia íntima, personal; o también no tener uno razón, y que, en cambio, todo el mundo te la dé, y eso supone una tragedia general… De hecho, así derivan los fascismos. Y, mucho cuidado, el fascismo puede ser de derechas o de izquierdas, indistintamente. Un fascismo es un absolutismo, se vista como se vista o venga de donde venga. Por eso estamos totalmente equivocados cuando enmarcamos el fascismo a la derecha, o la república a la izquierda. Son clisés falsos, pues pueden ser ambos de uno u otro lado.

Pero, a lo que iba: que todos queremos tener razón, pero poco nos molestamos en buscar razones… ¿para qué buscarlas?. Si se argumenta, debilitamos nuestra posible razón, y si se impone, reforzamos la evidencia de nuestra (¿inequívoca?) causa. Así que es mejor lo segundo. Es que, si no, se empieza dialogando y se termina discutiendo, que si el por qué, que si el cuándo o que si el cómo… Así que es mejor no dar opción: mire usted, si no está conmigo, es que está contra mí, y entonces usted es un traidor, sencillamente… usted es un fascista y yo soy un demócrata. Y sobre esa piedra edificaré mi iglesia y creencia.

…Y así se construyen una buena parte de las “ideologías”, y de ahí nacen una buena parte de partidos políticos llamados democráticos. Examine usted mismo el panorama político exacerbado… y el estado de la nación y de la discusión, que tenemos ahora mismo… Pocos, muy pocos, conservan el talante y el talento, y muchos, muy muchos, ejercen la prepotencia de “su” razón… ¡Qué pocos prefieren convencer, y cuántos prefieren vencer!.. con razón o sin ella. Tan solo hay que ponerse la armadura y sentarse en el sillón, ante la tele, y ver la actuación del lamentable lamento de Parlamento… O atreverse a echar un vistazo a nuestro albañal político, y ver las diatribas, insultos y zancadillas, y acusaciones fuera de tono, de prudencia y de decencia, con que se tratan entre tan “democráticos” sujetos, según cada cual se dicen de sí mismo, claro. Pero una presunción democrática, no es una actitud democrática, ni mucho menos. Tan solo es una simple y vulgar etiqueta en la chaqueta. Y lo demás, una presunción de principios democráticos.

El mejor ejemplo que puedo poner (porque quizá, en estos tiempos de polarización, sea el único donde una buena mayoría estamos de acuerdo) es el caso catalán, que ha estado pasando un tanto esquinado por las vacunaciones, el drama ceutí, o la perentoria necesidad de turistas que llevarnos a la faltriquera – en la casa donde no hay pan, poco importa el desconchado de las paredes – pero el caso es que se ha constituido el nuevo “govern catalá” bajo la premisa inequívoca del separatismo, y con la declaración del “president” de llevar a cabo la política necesaria para conseguirlo, como sola, exclusiva y única razón de gobierno.

¿Ven..?, aquí vuelve a surgir “su” razón, por encima de las demás razones. Aunque el partido más votado haya sido el Psc; aunque más de la mitad de los catalanes no quieran la secesión; aunque la UE no admita tal separación; o aunque sea una hecatombe económica para Catalunya… Todas esas razones son razones democráticas, no son “sus” razones. Y sus razones son las buenas, porque lo dicen ellos, nada más… Y a los que no las acepten, se les tratará como a traidores y fascistas, pues la única democracia válida está en la autodeterminación de los pueblos… pero, ¡ Ah ¡, que no se me independice el Perelló, que eso no es democracia…

Es éste ya un debate cansino y fatigoso, por muy clarificador que resulte. Podríamos decir que en Cataluña lo real es que no existe democracia porque la verdadera democracia es enemiga de sus “razones”, y, sobre todo, de “su” razón… Existe por ahí un librico de cien páginas de razones (Secesionismo y Democracia, de Félix Ovejero, Edit. Página Indómita), pero como si fueran mil las páginas de razones. No existe más razonamiento que el de la Ca-Ca, y los demás serán perseguidos y acosados como alimañas que son, como decía el anterior “molt honorable” de los que no pensaban como él… gran demócrata el Torra.

¿Me preguntan qué es la Ca-Ca?.. Pues nada, la Casta Catalana, que es como la crema catalana, pero rellena de otras exclusivas… razones. Ahí tienen: unos partidos de supuesta izquierda, que hacen política de extrema derecha, movidos y engrasados por la alta burguesía catalana. Pero allí, el fascista es Illa, por decreto de todos los demás del soviet supremo… ¿Qué no llevo razón?.. pues no que no la llevaré. La razón no es de nadie. Está ahí, y se apropian de ella sin pedirle permiso. Luego, a toro pasado, la razón se va con quién ella quiere.

https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo / viernes 10,30 http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php

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