Un Juez ha imputado a Podemos como persona jurídica y a tres de sus altos dirigentes de – ya se sabe – financiación irregular, malversación de fondos, administración desleal, etc., toda la retahíla de la que, antes o después, se acaba por acusar a casi todos los partidos (también el Tribunal de Cuentas, por un pufo en las electorales)… Y es que, claro, igual la izquierda impoluta de arriba los pobres del mundo y demás, también les va el meter la mano en los mantecados. Naturalmente, los morados lo niegan todo, se muestran ofendidos, y declaran que todo es una campaña de acoso orquestada contra ellos… ¿de qué me suena a mí esta cantinela, Dios mío..?. Hasta aquí, todo dentro de lo que ya va siendo normal en este país, aunque no sea, o no debiera ser, lo natural que se deba dar…
Su Secretario General, y Vicepresidente - ¡qué vicepresidente - Señor!, de Gobierno, alza la voz, indignado, con su presunción de inocencia y todo eso, y, la verdad, es que lleva razón. Una imputación no supone una acusación. Eso es muy cierto, de hecho tendría que aplicárselo a sí mismo con respecto a sus acusaciones sobre el Rey Emérito, dicho sea de paso… En realidad, lo que llama la atención, y mucho, es lo que él mismo clamaba en pleno “asalto a los cielos”, cuando predicaba aquello de “cualquier investigado de un delito debería de dimitir ipso-facto del cargo político que ostente”… Así mismo lo decía, sin paliativos ni anestesia, ni matizaciones. Pues bien, ahora se le debería exigir que se lo apliquen a sí mismos.
Es que, en estricta consecuencia, ahora, él y los suyos, y las suyas, que ostentan tales cargos, deberían presentar la dimisión de los mismos. Que esa es otra, lo del nepotismo que usa el Sr. Iglesias para con los de su propia familia, versus compañerasposa, en cuanto al reparto de bienpagados cargos… Yo, vicepresidente, tú, ministra, tú Jane, yo Tarzán… Pero, claro, ya no es lo mismo. Ahora no es igual atacar a los de la casta que ser los de la casta. Cuando se forma parte de la casta, aunque se haya vilipendiado a la casta, la casta se transforma en Santa Rita lo que se dá no se quita. Que una cosa es vivir contra la casta y otra vivir a costa de la casta… Y ahora no va a reconocer así, por las buenas, los mismos delitos y podredumbres con los que se ensañaba cuando él era el otro Pablo, y no este Pablo…
Estos son de aquellos que iban a hacer la revolución panchovillista y barrer cuánta corrupción hubiera en los cortijos del Estado, que sin duda, la hay, y, como las habas, en nuestra casa-región “a carretás”, como dice el refrán. Lo que pasa es que aquí, taífa pequeña y discreta, de obligo marcado y cerrado, festiva y festivalense, miramos más el cohete de la romería y la morcilla del romero que lo que nos afanan nuestros caporales. Aquí se rasca mucho y se disimula poco, pues no hace falta disimular, y el amiguismo de siglas campa y rampa si miramiento alguno. Y nadie dice nada…
No hace mucho que saltó a los medios el chanchullo sobre la concesión del servicio de atención telefónica por el Coronavirus, sus tejemanejes entre la gente del PP, sus testaferros y sus empresas-títeres, y sus metemanos también en el servicio público de ambulancias, en el de emergencias, o en lo que se pusiese a tiro… Yo me hice eco de ello en estas crónicas también. Pero aquí nadie se entera de nada, nadie comenta nada, nadie hace nada. En villapandereta estas cosas no pasan…
Hoy salta otro pastel de carne (carnaza) murciano (L.O.12/8, p-3): La Secretaria General de la Presidencia de Gobierno tiene rango de Consejera y como tal cobra. Aunque no participa en la Asamblea Regional, pertenece al Consejo de Administración de la Empresa Pública, que ha convocado el Concurso de Licitación de nuestra inefable, paparajotable e inigualable televisión regional: la 7… al cual concurre una marca-pegote de la conocida por actual Secoya, de la que es Director General el esposísimo de la susodicha. Y aunque la susodicha no esté – ya sería el colmo – en el Jurado de adjudicación, es obvio que, como Consejera del Gobierno y Secretaria General de Presidencia, adquiere la innata condición de juez, arte y parte en la ciencia de no tener conciencia.
Mi amigo Ángel Montiel lo epiloga como “Otro enjuague a la vista”… Sí, y otro, y otro más, y así uno tras otro. Los enjuagues de politinegocios llevados a cabo por politrileros, aquí, en este roal, no cesa… Lo hizo el mentor de éste, aquel otro Sánchez, y los sigue haciendo hoy su orondo delfín, ante la ceguera legañosa y pastosa de una ciudadanía que solo se rasca la barriga y nada más quiere tener a mano el botijo p´al desperece. Lo único que tienen que hacer los distraidores es llenárselo de agua fresca de vez en cuando. Así que sí… en toas partes cuecen habas… y aquí, en Murcia, semos mú aficionaos a los minchirones.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ
http://miguel2448.wixsite.com/escriburgo
Comments