Cuando se pusieron de moda los pantalones descoloridos y ajados por sus patas, a mí, personalmente, me pareció que la moda se debía a querer presumir de progresía populachera – que no populista – más bien yo diría de populacherobrero, por definirla con mayor exactitud. Un comprar lo que no se es. Y como unos pantalones, para hacerse viejos y gastados, se necesita un tiempo y un determinado uso, el que no está dispuesto a esperar, y menos si no trabaja duro, pues paga por la solera postiza de lo que tampoco es. Así que todo es falso, ya que ni es, ni tampoco se es… Luego, después, como nuestra clase mediacomodada ya le venía pequeño el obrerismo impostado del currito falseado, ya apostó directamente por la también falsa pobreza. Por parecer en vez de padecer, la indigencia. Y salieron, además de ajados, rotos, con troneras en las rodillas… El motivo de pagarse y comprarse, para lucirla, la importación (y la impostación) de la pobreza, siempre se me ha escapado… Quizá, no lo sé, sea algo del subconsciente colectivo. Una juventud que lo tiene todo pagado por sus padres, desde sus estudios a sus botellones, es la antítesis de sus más cercanos en el tiempo, jóvenes que se ganaban a pulso su libertad económica – y dignidad – trabajando en los oficios más duros y miserables, cuyo símbolo es, precisamente, esa ropa ajada, rota… y remendada. En aquella época, por vergüenza, antes que la anatomía al aire, que suponía frio, y suciedad, y dejadez, añadidas, se cosían pudendos remiendos en las coderas y rodilleras, que eran un auténtico signo identificatorio… Pues bien, lo que hoy se compran son esos símbolos. Se está pagando por ellos a tarifa de pijos. Froïd diría que es la manifestación de un complejo social…
…Así que estoy a la espera de ver irrumpir esas rodilleras y coderas de distintos dibujos y texturas que lucían los peones camineros, albañiles y otros de igual estatus como muestra de una digna honradez en una época reciente… Mientras llega (que llegará, no lo duden), la firma de moda Ralph Lauren ha puesto a la venta un mono salpicado de pintura, a 680 euros (483, en rebajas). No es exactamente lo que se intenta imitar, porque ningún obrero lleva monos de satén de algodón japonés, pero es la apariencia lo que se paga, claro… Me informo y me entero que el pasado año, la firma Gucci, precisamente por el mismo – e inasequible – precio de 680 euracos, sacó un pantalón lleno de mierda, envejecido a base de barro y hierba. Estamos llegando a un extremo tal, que pagamos a precio de oro la ropa sucia, la porquería… alguna etiqueta ofrecerá por un plus restregar la prenda por un pipican, no lo duden…
Resulta más barato y más auténtico clausurar las lavadoras. Ni lavar la ropa, ni lavarse uno tampoco… Cuánto más peste se eche, más “ín” se es - ¿se sigue diciendo así? - … Yo pienso que esto ya sobrepasa hasta al psicoanálisis, porque, a ver qué nivel de complejo social se quiere purgar a base de lucir mierda. Pagar por parecer lo que no se es, puede llegar a entenderse, que no justificarse, pero comprar caro lo que vamos a terminar siendo, ya resulta más difícil entenderlo…
Puedo intentar explicármelo comparándolo a lo que hacen tantos políticos: besar a un niño en los mítines, hablar con un tendero en campaña, meterse en un campo de arroz, o coger una pala y ponerse a quitar nieve. Es el arte de la pose, y siempre se hace delante de una cámara que recoja la foto del momento oportuno para pasarla a los medios. Es como dar una limosna a un pobre para luego twitearlo. Que todo es postizo, falso, artificial y engañoso. Un puro embuste… Pero ellos lo hacen porque es la moneda con que compran los votos. Se revisten de lo que no son, y lo venden, porque siempre hay gente dispuesta a comprar una mentira… Lo que no sé qué quieren conseguir hacer creer son los/las que se visten de agujeros y de mugre. Salvo lo del subconsciente de los inconscientes que hablábamos antes…
Un amigo con el que comento esto, me dice que es simple mimetismo. “Ponle una buena etiqueta y un mejor precio a una boñiga, regálala a un famoso/a que la luzca, y faltarán boñigas que vender, como sobrarán gilipollas que las compren”… Es muy posible que sí, que sea eso. Y recuerdo que Andy Warhol sabía mucho de ese papanatismo, y que Piero Manzoni se cansó de vender su MERDE D´ARTISTE en botes llenos de sus propios excrementos. Sí, puede que sea eso mismo, una sociedad vulgar, mediocre y decadente. Pero, aún y así, todo hecho obedece a una causa que lo motiva. Dicho de otro modo: no se trata del cómo, si no del por qué… ¿comprenden?.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
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