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Foto del escritorMiguel Galindo Sánchez

LA VERDAD



Se preguntaba Carmen Posadas en un Magazine: “¿cómo es posible que la gente esté dispuesta a creer las más inverosímiles trolas, cuando existe en el mundo la mayor tasa de alfabetización que nunca hubo?..”. Lo cierto es que resulta racionalmente inexplicable. No tiene ningún sentido, y poca, muy poca, lógica. Yo, por supuesto, no lo sé, pues explicaciones – como ella misma reconoce – no tiene para exponerlas en su artículo. Mucho menos la existencia de razones… Y yo no me voy a comparar con su talla, como comprenderán ustedes…

Sin embargo, me van a permitir que, al menos, dé mi opinión… Y es que no es lo mismo la tasa de alfabetización que la de comprensión. Con el permiso de sus señorías, pongo un ejemplo: España suspende ante Europa (Informe Pisa), un año tras otro, porque estamos a la cola en comprensión lectora. Esto es, sabemos leer pero no entender. A los papagayos también se les puede enseñar a pronunciar palabras, incluso frases, pero no saben lo que dicen… Pues esto es algo parecido. Una tasa muy alta de alfabetización, no supone un mayor grado de cultura. Tampoco de educación. ¿Por qué, si no, se arriconan las Humanidades en los planes de estudio?.. ¿Qué se persigue?..

Sin duda, son los sistemas educativos los que fallan, si bien que unos más que otros. Los españoles somos una buena muestra de ello: universitarios que no saben quién fue Primo de Rivera, y diplomados con título que aún me dan la enhorabuena por la calle que me han puesto en mi pueblo: la de Miguel Hernández (no denota ignorancia e incultura el que no sepan mi apellido, si no que no sepan quién es Miguel Hernández)… Por lo tanto, que crean como verdades las mentiras más burdas y obtusas, tampoco es tan raro…

Aparte de esta sublime desinformación, está lo que se entiende por el concepto “verdad”… Antes era como lo que se corresponde con la realidad – o algo parecido – pero hoy es lo que se corresponde con lo que cada cual cree, o mejor dicho, con lo que cada uno quiere creer. Y, claro está, no es lo mismo, ni mucho menos. En la actualidad, la verdad es puramente mediática. Cada cual se construye la suya, según sus intereses, o según intereses ajenos que se incorporan a lo que se nos antoja que debe ser, pero no a lo que ES… De ahí que se vista de “post-verdad”, de “relato”, de “versión”, o de cualquier otro sucedáneo que disimule a la auténtica y genuina verdad.

El más claro ejemplo lo tenemos en los negacionistas de la vacuna… El que, a mayor cuota de vacunación, menos contagios, más leves y menor incidencia hospitalaria y muertes, es un hecho mundialmente comprobado (ahora se ceba en los no vacunados), no mueve a un negacionismo que sigue avalando sus absurdas tesis que pretenden ocultar una realidad ya manifiesta. Cero comprobaciones que afirmen su bulo, el cual, sin embargo, venden como “verdad”, aún una indemostrable verdad… Los partidos políticos, como otro ejemplo, (unos más que otros) lanzan sus embustes sabiendo que faltan a la verdad, y porque también saben que existe una gran masa de gente (gentío) que están prontos a tragarse y expandir sus bulos, porque, íntima y personalmente, les conviene. Y les hacen la ola; y hacen de esas mentiras “sus” verdades, tapando sus ojos y entendederas a la verdadera verdad.

En el fondo de todo está la renuncia por parte de esa misma gente, de ese mismo gentío, a hacer el mínimo esfuerzo intelectual (ejercer el hábito de pensar) para no dejar de ser personas y convertirse en masa pura y dura. Eso es todo, y eso es lo que hay… Las “inverosímiles trolas” a las que alude Posadas, es el alimento con que se ceba a las masas, en definitiva… Por eso que la “verdad” hoy no es lo que se busca – eso es mentira – si no lo que se nos sirve en bandeja a nuestros (bajos) intereses, aunque conscientemente lo ignoremos.

Las llamadas “fake news” no es otra cosa que eso mismo: hoy, a través del medio conocido por Internet – las redes famosas – se nos ha hecho a todo bicho viviente con móvil del planeta, una foto-robot de nuestras tendencias, pensamientos y querencias. Luego, tan solo hay que soltarnos como verdad todo lo falso que queremos creer… Et voilá, lo propagamos como monos amaestrados. Es más cómodo repetir mentiras digeridas que verdades aprendidas.

No es tu verdad, ni mi verdad, si no nuestra verdad. Busquémosla juntos…”, solía repetir mi padre, que era un convencido machadiano… Pues eso.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com

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