Hace tres años, en Piedrafita do Cebreiro, Lugo, aparecieron los restos de una mujer del Mesolítico (9.500 años aprox.), y se iniciaron las investigaciones genéticas, que han sido celosamente guardadas hasta dar a conocer los resultados recientemente, ya que es el primer fósil humano femenino de la transición entre el paleolítico y el Neolítico, aparecido y estudiado en la península ibérica, además de la muestra antigua más occidental encontrada en Europa. Resulta lógico entonces suponer el celo y prudencia mostrada por los investigadores, hasta poder establecer su carnet de identidad genético.
No medía más de metro y medio de estatura, era herbívora, tenía no menos de 20 años y no más de 40, viajaba sola por las montañas, y encontró la muerte en la misma cueva donde igual aparecieron los restos de tres uros (grandes toros salvajes europeos). Tenía los ojos y el pelo oscuros, y era… negra. Sus padres científicos la han bautizado con el nombre de Elba, que significa “la que baja de la montaña”, y es dos mil años más joven que los restos del hombre blanco de ojos azules que apareció en La Braña, León… En Galicia concretamente, con posible presencia humana desde hace al menos 300.000 años, no se ha recuperado, de momento, ningún esqueleto tan ancestral.
Lo que en realidad puede sorprender, y de hecho sorprende, es que la población de Galicia de hace casi diez mil años, fuera de piel negra… “Piel negra, pero sin caracteres negroides”, reza su investigación en concreto. Por un lado, sabemos que la cuna del ser humano más antiguo es África, y por otro, que pasaron a Europa, o bien por el este, o también por un estrecho de Gibraltar, que bien pudo ser un istmo entonces y estar unido a la península (los restos de las cuevas Victoria y de Las Palomas así parecen confirmarlo), aunque éstos no hayan sido constatados como de raza negra. Por alguna razón, se ve que en Galicia se conservó el color de la piel originario hasta más tarde que en otras latitudes. Todas estas aparentes anomalías deberán ser estudiadas.
Pero mi intención con el de hoy no es dar ninguna lección de antropología humana a mis sufridos lectores, ni mucho menos… Pero sí aprovechar esta noticia científica para tratar de otros asuntos y otros cuentos que sí que vienen a cuento. Y es, por ejemplo, de las estúpidas teorías que, basadas en la pureza de las razas, vienen utilizándose a lo largo de la historia por embaucadores y sanguinarios políticos absolutistas y nacionalistas para idiotizar y embrutecer a las masas que los jalean y los votan…
Y, como a estas alturas ya habrán adivinado, me refiero a esa – entre otras – pureza aria con que un enloquecido Hitler justificó el mayor holocausto genocida de la historia moderna. O de esa supuesta raza vasca, con que aún se intenta engatusar al personal en ikastolas y aquelarres ideológicos. O los orgullosos y engreídos, aunque amables, montañeses asturianos; (los catalanes están en ello, en busca de su eslabón perdido racial que los justifique); e incluso en la misma Galicia – cuna de la negrita Elba - con su trasnochada y explotada herencia céltica, como genética preponderante para justificar su punto y aparte…
…Y es que esas genéticas puras a las que agarrarse para montar una revolución prístina, modelo “pueblo elegido”, sencillamente, no existen. Hasta el wikingo más orgulloso de su raza puede tener un antepasado oscuro, tanto de piel como de origen… Afortunadamente, las razas puras nunca han existido por la sencilla razón natural de que jamás han sido estables, pues unas han sobrevenido de otras, en una evolución que no se detiene en ninguna de ellas. Absolutamente en ninguna. Por eso que lo de la pureza de sangre es un camelo para canelos.
El sentimiento de “Raza” (también es el título de un libro bajo pseudónimo – luego película – escrito por el caudillo y dictador Franco para lograr los mismos fines) es un cuento chino muy utilizado para arrastrar a los pueblos en un sentimiento etnopatriótico con el que justificar guerras y conflictos que interesan a la oligarquía de turno. Élites que basan su poder enviando a las masas a luchar y morir en nombre de razas inventadas y fantasmales… Una vez más, la ciencia, la cultura, el conocimiento, desmonta tales embustes… Elba dice y demuestra que los orgullosos y blancos druidas, antes fueron una tribu de pequeños negros. Por ejemplo.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ
http://miguel2448.wixsite.com/escriburgo
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