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Foto del escritorMiguel Galindo Sánchez

LA NUEVA EXTREMA DERECHA



La extrema derecha representada en Francia por el ilustrado bárbaro Eric Zemmour, es una seria y peligrosa variante (como las del Cóvid) a la que habrá que tener en cuenta y vacunarse rápidamente. Es un tipo culto e inteligente. Y, además - entre otras cosas, es periodista – lo llaman a dar conferencias desde Londres a Ginebra. Y, como sus mismos oponentes reconocen: “sabe leer y escribir, y lo hace bien”. De hecho, en su país ya se le escucha más que a los arborícolas de Le Pen…

Francia es uno de los países con mayor culto a la cultura (observen que lo uno y lo otro tienen la misma raíz) de Europa. Posiblemente que incluso sea el más culto de todos… Un populista como Trump, que hasta se vanagloria de su burricie clamando que él no lee libros, en este país no hubiera tenido nada que hacer. Otro extremista como Bolsonaro, que alardea ir contra toda intelectualidad, tampoco se hubiera comido un rosco en unas elecciones francesas. Pero este Zemmour es un personaje que llega a las capas menos zafias de la sociedad, que es donde no cosechan sus colegas del continente.

Este pájaro sostiene ideas inconstitucionales y abyectas, pero sabe hacerlo. Habla sin tapujos de la supremacía blanca, y de que los inmigrantes van a terminar con la Era Cristiana (será con la católica) y todas esas barbaridades, pero con cierto y depurado estilo… La politóloga Fréderique Matont dice que el estatus intelectual francés ha “ensanchado” a peor: que al que antes opinaba de todo, porque sabía, como Sartre; y al que hablaba solo de lo que sabía, como Foucolt; ahora se le suma “la figura del intelectual mediático, un ensayista de aluvión, a veces interesado, que no investiga, pero que entretiene”. A esta clase, asegura, pertenece Zemmour.

El error, prosigue, reside en que se piensa que un xenófobo no articula, pero puede hacerlo hasta encandilar, no ya a las masas ignaras, si no a sectores considerados inteligentes. Y advierte: “mucho cuidado con los intelectuales de extrema derecha”, tienen la habilidad de hacerse notar en todos los cenáculos sociales y políticos, hasta en aquellos que son rivales y contrarios, e incluso enemigos suyos. Es su estrategia, y sabe desarrollarla… En septiembre aprovechó la presentación de su último libro para pasearse por todos los programas galos de máxima audiencia. Y se ha ido convirtiendo en tema de actualidad en sí mismo y en su doctrina radical y excluyente. Incluso comenzó diciendo que no tiene aspiraciones presidencialistas, que de joven solo quería ser escritor… De momento, es un elemento omnipresente en todos los foros.

Que el mensaje ultra pudiera instalarse a este nivel, es un fenómeno actual del que Zemmour es la vanguardia. Un precedente del que guardarnos y al que estudiar con respeto y conocimiento… Veremos a ver si anuncia su candidatura – que yo creo que sí – al Elíseo, y cómo responde el país vecino. Ojo al dato, Honorato.

La necedad y zafiedad de sus colegas europeos (yo creo que si un Urbán, o un Abascal, por ejemplo, se leen un libro que no sea el del Coyote, pueden llegar a intoxicarse) llega hasta donde llegan sus alucinados votantes, y el antídoto es la cultura, por básica y elemental que ésta sea… Pero en este caso, el riesgo es mucho mayor, puesto que apela a niveles formacionales de mayor calibre, no sé si logro hacerme entender… Imagínense un triunfo en el corazón de Europa de esta fuerza, lo que puede suponer para todos los correligionarios de la estepa, con todo el pelo de la dehesa pegado a sus crispados lomos. Los veo a todos ellos rezando de cara a París…

Así que oremos nosotros porque tal cosa no ocurra, o si es que debe ocurrir, que ocurra poco… De momento, sería el fin de Europa como proyecto. Volveríamos al modelo de naciones cortijeras. España es posible que no conservase ni la categoría de nación, ni quizá que de noción, dada nuestra absoluta dependencia vital… Eso sí, nadie podría quejarse, ni mostrar desacuerdo u oposición alguna, ni siquiera opinar ni dudar, si no quiere perder la poca libertad que quede, si es que quedara alguna…

¿Pesimismo, revisionismo, o realismo?.. Pues usted mismo. Yo me limito a contar lo que veo y lo que leo, ahora que aún se puede…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

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