Lo del asalto de los bárbaros al Capitolio norteaméricano me recordó lo de la Banalidad del Mal, de Hannah Arendt,.. Un numeroso grupo de nazis violentos, amenazando con un baño de sangre si no se hace lo que ellos quieren, secuestrando la libertad de la mayoría e imponiéndose por la fuerza...
Pero, por numerosos que fueran, eran minúsculos ante la inmensa mayoría que no hizo nada al respecto, y que se quedó paralizada por el miedo y quieta en su cobardía... Deberían haberse movilizado en masa, rodear a los ultra-fascistas, acojonarlos, y no haberlos dejado irse a sus cubiles hasta no haber sido identificados por su delito...
Si los demócratas no defienden la democracia, ¿quiénes lo harán?.. ¿acaso sus secuestradores?..
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