En la última Feria del Mobile World Congress, presentada en Barcelona (no sé cómo mantienen un certamen de tal importancia en una comunidad que solo vocifera conflictos separatistas), aunque todo llegará, si Dios y los sanchianos indultos no lo remiendan – y esto último me temo que va a servir de bien poco, dicho sea de paso – se ha presentado con la novedad más nueva, con redundancia y todo: el Holograma. Una palabra formada por dos conceptos griegos: el holos, o sea, el todo, y el gramma, esto es, el mensaje, la grafía…
Pero, ¿qué es un holograma realmente?.. Porque muchas personas han oído hablar de ello, pero no todos saben realmente de qué va el fenómeno, y lo asocian (porque no hay otras cosas más a mano) con un fantasma… Y, en realidad, lo es, pero un fantasma artificial, tecnológico. El holograma es una técnica fotográfica que graba la intersección de una imagen desde distintos ángulos de los reflejos de las luces, para presentarla como de tres dimensiones. Eso se logra gracias a la “invención” – por llamarla de alguna forma – del láser, y permite proyectar imágenes tridimensionales estáticas o en movimiento, de objetos, lecturas o figuras humanas animadas, incluso incorporándoles grabaciones con su propia voz… El resultado, pues eso mismo: un fantasma construido desde la tecnología, que puede ser teledirigido…Y ante el que se impone, ya sabe, el anglamericano “susto o “trato”…
Y tras la sorpresa primera, viene el guiño segundo: trato. La comercialización y el empleo del holograma se abren a un campo de infinitas posibilidades formativas e informativas, políticas, empresariales, educacionales, profesionales, de relaciones humanas, y un laaargo etcétera…En el acto de presentación de ese mismo MWC, por ejemplo, el recién president Aragonés hubiera mandado a su holograma para que lo representara frente a S.M. el Rey Felipe (de todas formas, tenía una cara y pose de holograma que se la pisaba), aunque, en realidad, al que más le hubiera gustado estar hologramado era el propio monarca, el VI… Imagínense la cantidad de pufos sociopolíticos que pueden quitarse de encima prohombres y promujeres: óiga, que no estaré de cuerpo presente, pero me hologramo y les envío mi presencia torera… Y, hablando de corpus praesenti, imagínense el servicio añadido de los tanatorios que ofrezcan en los velatorios un holograma del difunto en vivo y en directo, sentado desenfadadamente sobre su último recipiente, y su ninot parlante dándole charla al respetable que ha ido a presentar sus respetos a sus deudos. Acojonante…
Lo que ya, evidentemente, ignoro, es si podrá tu holograma declarar en un juicio por ti, como otro ejemplo, o presentarse ante notario, o a unas oposiciones, o asistir a clases presenciales, o sentarse en el Pleno de un Ayuntamiento, porque el titular hologramático está en cama con un cólico de sandía y muy señor mío… Pero sí que sé una cosa: la Administración tendrá que ponerse las pilas y empezar a legislar en tal sentido, y rápido, muy rápido, porque la tecnología les ha pisado el tiempo y el terreno… Es más, me huelo que pronto desarrollarán aplicaciones domésticas para hologramearse (sin mearse) sobre la marcha, y mandarse a uno mismo a un recado, o a la mierda mismamente. Por ejemplo: voy a mandarle a mi abuela mi fantasma para decirle que el viernes me prepare paella, que voy en persona a jamármela.
Pero lo curioso es que el famoso MWC bien puede ser que llegue a ser el Congreso que acabe con todos los congresos. Si alcanza a desarrollar uno de sus últimos fines: la desaparición de la presencialidad, y su sustitución por la presencia de los Fanthomas, o fantsmhologramas, que lleguen en directo y en cuerpo lumínico a cualquier parte del mundo, e incluso al mismo tiempo, y sin moverse del viejo sillón preferido de sus culos, será todo mucho más cómodo, rápido y barato, pero los bares, hoteles, líneas aéreas y taxis tendrán que ir pensando en cambiar de profesión… A mí, particularmente, no me desagrada que las reuniones plomíferas y asambleas aguantaderas sean todas fantasmales, si se respeta lo acordado en acta… En una pandemia, esto puede ser cojonudamente útil, pues los virus no tendrían donde morder chicha, ni los hologramas precisan hacerse pruebas, ni vacunarse.
Incluso las guerras y los conflictos bélicos podrían librarse a base de hologramas. Ejércitos de fantasmas uniformados enfrentándose con sus estrategias y demás parafernalia en los campos de batalla, armados con láseres digitales… Al final, se cuentan los hologramas supervivientes, y el que más tenga, gana la contienda… todo sería cuestión de reglas, no de sangre… Lo importante es salvar vidas humanas, que luego tienen que consumir y producir negocio, ya saben… Para lo único que no valdría el holograma es para ir por uno a la consulta del médico, pues no le pueden auscultar, ni hacer análisis… solo imagínense una radiografía de un holograma…
Tampoco puede ir al cine por mí, ni pimplarse una tortilla de patatas en mi lugar… Pero si puede legalizarse una fotocopia de mi DNI para cualquier gestión burocrática, ¿por qué no hacerlo con una copia de mi primera persona en singular?... Yo, en cuanto se pueda, me estoy sacando un duplicado legal de mi estampa por lo que pudiera pasar.
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