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Foto del escritorMiguel Galindo Sánchez

FLEXIÓN Y REFLEXIÓN



(de YouTube)


Escribo esta especie de croniquilla un par de días antes de las Elecciones Generales, sin saber el resultado de la “porra” nacional en la que nos hemos polarizado los españoles de mala manera. Así que, cuando salga publicada, sabremos el resultado del pulso, espero y supongo que ya fuera de todo afán cuasi fratricida al que, aparentemente al menos, nos habíamos abandonado en las últimas fechas. La democracia exige respeto a los resultados (sean los que fueran) y los resultados deben respeto a la democracia… En lo uno sin lo otro siempre pierde la democracia.


La semana antes, había leído en El País una entrevista a página completa de Abascal, en la que prometía “incendiar” Cataluña, en sentido figurado, claro, si llegaba a tener responsabilidades de gobierno; poco menos que les iba a mandar el ejército y suspenderles todo lo suspendible como se movieran lo más mínimo… Ignoro si lo dijo como pose electoral, o como advertencia, que yo no llego a captar esas sutilezas en lenguaje ultra.


Días después, esta vez en un medio regional, creo que del intependentista indultado (que no delitoperdonado) catalán de origen murciano, – perdonen que haya olvidado su nombre – recogió unas declaraciones suyas en cuanto a que la estrategia separatista debía de ser votar al PP y a su propio socio Vox, llegado el caso, a fin de provocar de nuevo el levantamiento violento del “poble catalá” otra vez, pues esos partidos fabricarían motivos y circunstancias sobradas para revertir la actual situación, donde el resultado de un referéndum ahora lo pierden con claridad, y por eso no lo plantean, pero en ese caso volverían las tornas a la situación anterior. Se relamía pensando en los disturbios, el tío…


También los del norte, leí a su lehendakari, tener, sujetos pero dispuestos, a sus mastines, ante la expectativa de lo que pudiera acaecer… si bien, eso es cierto, sin imprudentes declaraciones públicas como sus primos los de la barretina. Siempre han sido más listos y menos sacabarrigas los unos que los otros, dicho sea de paso y sin ánimo de ofender.


La verdad es que esta especie de ambiente “pre-bélico” en otrora problemáticos lugares, acojona y preocupa un poco… o un bastante. Les confieso que me dio por recordar cómo el problema irlandés del Ira se solucionó con el acuerdo político-participativo de Belfast como modelo a seguir, si lo que importa de verdad es acabar con las muertes de tantas personas, naturalmente; y empecé a pensar que aquí no hemos aprendido absolutamente nada… o puede, y ojalá que así sea, que me equivoque. Lo cierto y verdad, es que, si nuestros dos partidos mayoritarios tuvieran un mínimo sentido de Estado, formarían un gobierno de coalición para no alimentar a ultras e independentistas.


…Y en esas andaba yo, oigan, cuando se me pasó por la cabeza el permitirme una pequeña experiencia: ir soltando en las redes, 48 horas antes, una microserie – no más de tres o cuatro – mensajes cortos, de hechos propiciados por la misma prensa además, un tanto inclinados a la reflexión más que a la explosión… Una especie de experimento, a ver qué pasaba y/o cómo eran recibidos en plena efervescencia polarizada. Ahora sé el significado pleno de la frase que aconseja no experimentar ni con gaseosa.


Hubo de todo, como en botica, pero los que se manifestaban en contra, la inmensa mayoría de ellos lo hicieron destilando un odio antiguo, viejo y enfermizo, que asustaba… Una amiga se preocupó de verdad; otra prefirió bajar el fuego con la broma de qué tipo de amistades me busco; una tercera analizó con mucho ojo clínico el origen y naturaleza de las invectivas… El ciclón amainó a últimas horas, cuando las cenas amansan a las fieras (permítanme la boutade) y prepararnos el ánimo para el día después, a fin de posar nuestro voto en las urnas, o como les he leído a otros: “partir las urnas con nuestro voto”.


No estoy hablando de levantar la voz (los mensajes no tienen volumen) estoy hablando de los contenidos: tópicos feroces como lanzagranadas, sin reflexión, sin madurar, sin pensar, sin razonar, como una artillería entrenada y con obuses facilitados y preparados, tal era la sensación… “Nunca mais”, le dije a una de esas tres amigas; “no son amistades, son arrecogíos del beaterio de Santa María Egipciaca” bromeé con la otra; “cuando uno se mete en el barro siempre se unta los zapatos”, tranquilicé a la última…


…Pero, aunque se me quedó el ánimo encogido, no me arrepiento de la prueba. He podido constatar, al menos, un par de cosas: que en este país aún andamos lejos de tener una auténtica cultura democrática, pero que, como los ultras rabiosos de nuestros equipos de fútbol, sí que somos “fans” de una cultura partitocrática… Y que se nota mucho, muchísimo, demasiado, esa desaparición programada y paulatina en las aulas, ese secuestro planeado y gradual, de una educación basada en la ética, las humanidades, la filosofía, enfocado a enseñar a ser personas.


Hasta es posible, puede ser, que este mismo análisis postrero, esta reseña final que ustedes están leyendo, aún retuerza colmillos y afile los dientes a los canes guardianes de los cortijeros, domesticados para morder yugulares a cambio de un hueso… porque esa cada vez más nutrida procesión de “la Santa Compaña” es neutra y anodina… Como dice don Alonso Quijano a su fiel Sancho: “¿ladran los perros?, luego cabalgamos”…


Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

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