No sé si ustedes se habrán dado cuenta, o no, pero todos los políticos de todos los partidos, aquí, en España, padecen el virus sintomático de la superioridad moral... Y me parece que estan todos infectados, salvándose muy pocos, poquísimos...
Se pasan todo el tiempo extendiendo certificados de virginidad ideológica a nombre de sí mismos y los suyos; de autenticidad ética a la hora de representar los intereses del pueblo; de integridad política...
...Y nada más lejos de la realidad, sin embargo. Somos víctimas de la mentira y de la impostura de los partidos, y el grave problema es que lo aceptamos como estado de salud democrática, cuando es un cáncer que ataca a esa misma democracia... Y no tenemos vacuna para combatirla.
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