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Foto del escritorMiguel Galindo Sánchez

EL ROBOT HUMANO



(de XL Semanal)


Le copio la idea a J.J.Millás para el tema de hoy cuando dice que “la identidad es al hombre lo que una aplicación al ordenador”… ¿Y qué es la mente humana, si no el ordenador que rige un cuerpo físico?. Fantaseemos alrededor de su misma idea: usted mismo, a la hora de haber nacido, no es otra cosa en esencia que una personalidad en potencia. O sea, una memoria en blanco que va a ser dotada de identidad propia en el Registro Civil a poco que se descuiden los hados del destino. Por ejemplo: Argimiro Margotes Queteden. Vale… A partir de ahí, tus progenitores y prójimos más próximos comienzan a llamarte Argi y a cargarte datos preliminares e información básica de tu identidad elemental, con la que tú mismo empieces a desliarte tu propia madeja.


En realidad, somos como unos sofisticados robots autoprogramables que nos construímos y deconstruímos a nosotros mismos (a veces hasta nos destruímos) a través de una información con que alimentamos nuestro ego, vía nuestro cerebro, y según la sabiduría, o la maña, con que hemos sido dotados, pues no todos los programas son iguales en todo… Lo que ignoramos es quién, o quiénes, o qué, se encargan de equipar al puñetero ordenata. No sé… una vez metido en este trajín, qué es lo que puede corresponder al hartware y qué al software, pues no soy yo un experto en aquesta materia, pero sí sé que la aplicación primordial, o primaria, la que le dota de identidad inicial a la mente, se asocia rápidamente a otras que le rodean, y forman y conforman, su realidad más cercana.


Como por ejemplo: lees en los medios que, en esta misma región murciana desde la que escribo, de orondo presidente proisabelino que copypega el modo diazayusiano, que su gobierno, esto es, el nuestro, dota a la escuela privada con 3.000 euros anuales por alumno, mientras a la pública le larga 775 euros por zagal/año… Dicho de otro modo: que el 78% de los ingresos de la educación privada no universitaria en este roal procede de las arcas públicas, esto es, de su bolsillo y el mío, por encima, además, de la media nacional, que está en un 57%, según los datos del Ine… O largado de otra manera: que ocho de cada diez euros que reciben estas instituciones privadas proceden de subvenciones financiadas con dinero del contribuyente…


Sí, a esos mismos colegios que luego tienen la desfachatez de pasarle recibo por cualquier minucia, y a los que se les permite hacer negocio – sin pagar impuestos – pero que sí dañan a los establecimientos que los pagan (versus librerías y papelerías). Competencia desleal, creo que se le llama a eso, aparte de sinvergonzonería y destruir riqueza impositiva… Y entonces, ese autorobot que ha echado consciencia propia, cría una cierta mala leche, y la suelta por el colmillo más afilado que tiene a mano. O no, y se traga la mala bilis. O no, y encima hace palmas. Por ejemplo…


Y vas creando costra en la chepa con una especie de submemoria que otros llaman subconsciente, porque se acumula en el trastero del sótano de esa biocomputadora que somos, y que, al final, te vá haciendo como eres, aparte del nombre primigenio de Argimiro Margotes Queteden que aún luces en tu Documento Nacional de Identidad junto al número que te asignaron de matrícula para el ordeñe… Al final, resulta que te dicen que tú te has hecho a tí mismo, y que si te ha salido bien la cosa, felicidades; y si te ha salido mal, que protestes al maestro armero; pero que esto es el fruto de una interacción de robots autoprogramáticos, que, con esta estrategia hacedora, ha conseguido que no salgamos dos iguales, aún naciendo todos con el mismo programa original… ¿o era pecado original?..


Pero el asunto puede complicarse aún más todavía: la psiquiatría moderna (los actuales informáticos mentales) aseguran que un sujeto, o sujeta (adviertan que nos llaman “sujetos”, o sea: amarrados, atados) podemos albergar una multipersonalidad dentro de nosotros mismos… Elementos, o elementas, con dos o tres personalidades distintas dentro de la misma sesera. De acuerdo. Eso es porque, de cada experiencia determinada vivida, y a veces no aprendida, esa mente ha sacado ese par o tres de conclusiones distintas, que son las que alimentan y desarrollan esas personalidades diferentes, ¿estamos?.. Pura programación de variables – pregúntenle a un experto informático – que, al final, te deja la incógnita de si no seremos producto de una biotecnología previa y arcáica, y que nosotros mismos, en la actualidad, estamos a punto de desarrollar por nuestra cuenta y riesgo, a través del camino de “vuelve a casa por navidad”, esto es: incorporándole a un humanoide hecho de chips y lata, unas células cerebrales humanas en un cerebro biomecánico de la leche, y a ver qué puñetas pasa…


Toda esta fantasía, o pseudofantasía mejor, que he destilado a través de la ocurrencia de Millás, no me engaño, también se debe a la información acumulada en mi PC personal a través de un teclado digital que ni yo mismo sé si existe, ni “ánde andará”… Pero que, estar, está, lo mismo que “la bruixas, haberlas, háylas”


Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com


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