En EE.UU. los niños retenidos y separados de sus padres no pueden estarlo más de 20 días. Ahora, el monstruo de su presidente impulsa una ley que permita la detención indefinida de esos menores.
Que un país de derecho apruebe leyes que permitan secuestrar y separar a los hiquillos de sus padres, o que otros países dicten leyes para que sea delito la ayuda humanitaria, o incluso el hecho de salvar vidas, apunta a un mundo enfermo, de moral podrida...
Hasta estos extremos llegó solo Adolf Hitler en su Alemania nazi. Pero asistimos impávidos a estos abusos brutales e inhumanos, incluso los aprobamos pensando que nos protegemos. No es así. Esa monstruosidad se volverá contra nosotros.
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