Ya tenemos desescalada en puertas, dicen los que saben, o pretenden saber, porque esa es otra. Aquí nadie sabe lo que ha pasado, si es que ya ha pasado algo, que tampoco se puede saber. El Cóvid-19 ha pillado a científicos y políticos con los calzones bajados, y se ha actuado como Dios, o dios, nos ha dado a entender. O el diablo, quién sabe… que yo tampoco lo tengo como muy claro. A nuestro gobierno se le ha notado mucho que iba corriendo a la vez que atándose los cordones de los zapatos, en una acertada expresión de Íñigo Errejón. Y es verdad. Como igual es cierto que la oposición tampoco ha sabido hacer oposición, si no destrucción. Lo único que ha sabido hacer es el ridículo. Oponerse a una cosa y a su contraria, criticar lo uno y su opuesto. Pero, enfín, ahora toca hablar de desescalada, y, fíjense, a mí me parece que lo estamos expresando al revés, que lo que viene ahora es una escalada. Porque hemos de recuperar cuanto hemos perdido, aunque quizá algunos pocos hayan ganado encontrándose a sí mismos. Sin embargo, autónomos, pequeños negocios, empleados convertidos en exempleados y las economías de todos por los suelos, han de ponerse a escalar con uñas y dientes, y sin arnés de seguridad, a subir una empinada cuesta – lo contrario a desescalar – hasta conseguir llegar a donde se estaba antes. Y muchísimos no lo van a lograr, al igual que otros muchos ya se han quedado por un camino que ya no volverán a andar. Por eso digo que esto es bastante más escalada que desescalada. Se baja rápido y sin esfuerzo, solo que dejándose caer, pero subir ya es otra cosa… Claro, quizá hablen de desescalada porque ellos, los políticos, nuestros mentirosos mentores, ya tienen escalado lo suyo. De hecho ellos no desescalaron nada cuando el coronavirus golpeó a todo el ciudadanaje de este país. Yo veía la Cámara de los Diputados rala de asistentes, con la distancia de seguridad multiplicada por treinta, y me preguntaba si al resto que estaban en casa le habrían hecho un Erte como a todos los españoles… Pero creo que no, ni han perdido sus trabajos tampoco, y ni siquiera han tenido el detalle de rebajarse sus inmerecidos sueldos para ayudar a que, los ya antes marcados por el vergonzoso índice de desigualdad, no empezaran otra vez a pasar hambre en su forzado confinamiento… Pero bueno, en fin, dejémoslo a la conciencia de quiénes tengan conciencia. Esto es algo irremediablemente humano, por deshumanizado que pueda parecer. La mayor solidaridad siempre se ha dado entre los mismos pobres, no entre ricos y pobres (si acaso, entre éstos, ha existido la caridad, pero no la justicia social), y aquí, en España, está entronizado el mayor índice diferencial de toda Europa entre los unos y los otros. Y a partir de ahora, todavía más… Lo que yo quiero decir hoy es que nos han fijado un calendario para subir esa escalera que un día bajamos de golpe y porrazo, y que, al menos durante un par de meses, habremos de ir “resubiendo” peldaño a peldaño, de manera regular, con aquel adolfiano sin prisas pero sin pausas, con tiento para no volver atrás… Y aquí tenemos un hándicap, y es que para hacerlo con seguridad hay que tomárselo con responsabilidad, y, perdónenme, pero creo que de eso andamos un poco faltos. Somos demasiado meridionales. Es más fácil tenernos enjaulados y la policía en la calle, que sueltos sabiendo que no hay policía suficiente para vigilarnos a todos. Ya lo estamos viendo. El aforo en espectáculos o muestras sujetas a venta de entradas no van a tener problema. Pues se regulan desde taquilla, pero las parafernalias y rituales sujetos al buen sentido del ciudadano, que ha de autoregularse a sí mismo, tengo mis muchas dudas, la verdad… Y no sé por qué me huele que el policiaje y fuerzas de seguridad del estado y municipios, están hasta la chapa de la gorra en reñirnos y ponernos multas – que a ver si al final se pagan o no – y veremos a ver lo que pasa. Se admiten apuestas. Pero el primer día de la fase cero en Madrid, ya se “espantaron” 40 botelllones, que fueron los que se sabe que pillaron, claro… Y aún quedan por dilucidar los banquetes pantagruélicos del bicho cabrón éste en qué van a quedar. Me refiero a las manifestaciones multitudinarias a las que somos tan afectos: fútbol, festivales, conciertos, botellones, quedadas y sanjuanadas. Con un verano aquí y una playa allí, y un calor que te cagas para dormir la siesta y vivir la noche hasta la madrugada que es una pasada… La verdad, no sé cómo saldrá el apaño. Pero un médico amigo tengo que me dice que ellos, en sanidad, y en los hospitales, ya están elaborando protocolos para un Octubre donde se espera un pico que ni el de las cigüeñas…Lo juro. MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php / próximo programa, día ______ …MISIÓN CUMPLIDA Si quiere recibir gratuita y diariamente estos escritos en casa, facilite en miguel@galindofi.com su e.mail, y les serán enviados.
top of page
bottom of page
Comments