La frase bíblica, ominosa como ella sola, se ha hecho carne y ha habitado entre nosotros. Todo se ha consumado… López Miras ha tumbado la Limitación de Mandatos de la Presidencia, para poder volver a presentarse a las elecciones, y lo ha hecho con el apoyo de los expulsados de Ciudadanos y Vox, o sea, de los tránsfugas. Una mano lava a la otra… Es un valerse de ellos, a cambio de sueldo y puesto, para beneficio personal, sin mayores matices ni más historias. Ha exhibido en la cámara su nueva mayoría de mercenarios, sin atisbo de pudor alguno, para derogar la medida que le impedía volver a ser candidato… Así que el PP, que, como partido, defendió en 2014 poner tope a las reelecciones presidenciales, como sana medida para evitar tentaciones maduristas, ahora nos sale con que eso sería “una anormalidad democrática”… Con todo el cinismo.
Esto es, donde dije Diego, ahora digo mira el Miras. Simple, pura y dura ambición personal… Esta torpe etiqueta lo que sugiere es que lo que propulsó el partido hace siete años, apoyando la iniciativa de Alberto Garre, no era normal ni democrático. Lo cual demuestra a las claras que el PP actúa según su propia conveniencia incluso contradiciéndose a sí mismo, defendiendo medidas opuestas y contrarias llegado el caso. Le importa un pepino la ética política.
Yo creo más bien que todo se ha basado en actitudes personales de los presidentes. Nada más. Garre impuso su honestidad de limitación de mandatos, y el partido la subrayó porque, en aquel momento, quiso colgarse la medalle de honradez y probidad, tras la “espantá” de Valcárcel; y hoy, se somete a la ambición personal del presidente actual, sin importarle amparar y compartir el juego sucio que antes aparentaba combatir con el gesto contrario. Eso es todo.
La poca vergüenza que destila esto, es que, el PP, como partido, se salga del Pacto Antitransfuguista (no amparar, ni justificar, ni usar el transfuguismo en propio beneficio) porque se ha hecho – esto mismo dicen – un “uso torticero” del mismo… En román paladino: o me concede pulpo como animal de compañía, o rompo la baraja. Dicho de otra manera: yo puedo violar un pacto firmado por mí cuando me interese, pero vosotros, no… Y van, y se salen.
Con este chanchullo fulero bandecido por la cúpula del partido, el presidente utiliza la nueva mayoría adquirida a través de dichos tránsfugas en la Asamblea, para derogar la norma que le impedía volver a ser candidato en las inmediatas elecciones… Naturalmente, el cambio entrará en vigor el uno de Mayo próximo, y evita un posible adelanto electoral que, por ora parte, los tránsfugas de Ciudadanos y Vox tampoco deseaban. Tacada con doble efecto. Para redondear al pasteleo, la Consejería de Transparencia (este nombre, en Murcia, da risa, o pena) por baja por enfermedad del consejero titular, en ese tiempo ha estado en manos de una de las tránsfugas, casualmente, con lo que se han ocultado los resultados de los Consejos que deberían haberse publicado en el Portal de la susodicha, por opaca, Transparencia…
Conesa, o sea, el Psoe, (visto lo visto, y a estas alturas, yo ya desconfío de los personalismos tanto como de los partidos), mantiene erguida la bandera de que una modificación de ese calado requiere el consenso de todas las fuerzas políticas, debiendo ser recogida, además, en el Estatuto de la Región… Bueno, esto es de absoluta lógica y de total sentido común, y eso, amigo mío, no cotiza en política, usted lo sabe mejor que nadie. Yo también tengo mis razonables dudas sobre, de haber sido la cosa al contrario, no se aprovecharían los suyos de lo mismo, y los ahora embarrados de eme clamarían entonces por la limpieza de lo justo… Es a lo que nos tienen acostumbrados, y perdónenme sus señorías y sus seguidillas…
Lo fijo e incuestionable es que esa ramplonería y rapacería se ha consumado… Si la sociedad que formamos tuviéramos conciencia de ídem, obtendrían lo contrario a sus manejos, o sea, no serían votados en las próximas ni de coña. Es la manera de enseñar y educar los ciudadanos a sus políticos: por la vía de la lección y el escarmiento. Pero conciencia social aquí existe más bien poca. Bastante poca, diría yo… Dentro de unos meses, pasado el hastío del estío, la ciudadanía se habrá olvidado de la jugada, es más, no creo ni que ahora mismo tenga conciencia de ella. Mucho menos el año que viene, cuando entre en vigor, y ya nada, el cero absoluto, en un par de años, cuando volvamos a vernos en las urnas de la taifa… Sea como fuera, “consumatus est”, como dijo el que crucificaron.
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