La familia del famoso Buster Keaton era una compañía de cómicos que viajaba por todos los pueblos y ciudades americanas haciendo reir a la gente. El número más aplaudido era cuando el padre cogía a su hijo pequeño Buster, que sabía dar a su cuerpo una rigidez inusual, y, confundiéndolo con una escoba, barría con su cabeza el escenario...
Hoy, hubieran metido a ese padre en la cárcel, y le hubieran quitado la custodia de su prole... Pero, claro, eran otros tiempos...
Si se fijan, es justo lo que nuestros políticos hacen con nosotros. Nos usan como escoba para echarse basura entre ellos, y encima, luego exigen nuestro aplauso por el numerito... Y nosotros vamos y lo hacemos...
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