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Foto del escritorMiguel Galindo Sánchez

ALGO ESTAMOS HACIENDO MAL



Que la pandemia va por barrios es una enorme verdad. Tanto, que la pandemia genera desigualdad. Y en el país con la mayor brecha de desigualdad de Europa, como es España, el resultado es ahondar más en un mal que se puede convertir en endémico, con todo lo que ello supone… Y eso, porque pandemia y zonas deprimidas se retroalimentan exponencialmente. Soy consciente que esto que hoy digo puede sonar a excesivamente atrevido, pero los números, que son fríos y no entienden de emociones, así suelen indicarlo inequívocamente. Los primeros impactos de la recesión generada por la pandemia inciden en un aumento de la desigualdad social considerable.             Desde la estricta óptica de la salud, los contagios en barrios, concentraciones y poblaciones con menos ingresos se multiplican por tres con respecto a los de las zonas ricas. Por ejemplo, el distrito barcelonés Nou Barris, socialmente más débil que Sarriá-Sant Gervasi, casi triplicó la tasa de infectados: 70 casos por cada 10.000 habitantes en uno contra 27 en el otro. Son datos sacados de investigaciones oficiales… Si nos trasladamos a Madrid, el efecto es el mismo, más del doble en Puente Vallecas o Usera, que en Carabanchel o Villaverde… Y si lo miramos desde la óptica del empleo, también los más vulnerables se llevan la peor parte, pues dos tercios del millón largo que han perdido sus puestos de trabajo (672.000) eran trabajadores temporales, y el tercio restante (362.000) eran trabajadores fijos. O sea, tanto por la salud como por la economía, los más perjudicados son los más pobres, los más débiles sociales, siendo los más fuertes los menos afectados.

            Así que la Tasa de Pobreza Severa que tenía España del 3,7%, y que se elevó al 7,2% con el advenimiento de la crisis, y que apenas había empezado a corregirse levemente, hoy se multiplica en porcentaje con el impacto socio-económico del coronavirus y a su misma velocidad. No hablemos de los retrasos en los Ertes, que inciden en más de lo mismo. O de las 750.000 solicitudes tramitadas para acogerse al tan famoso y cacareado Ingreso Mínimo Vital, que solo se han analizado 143.000, y de ellos nada más se han aprobado 80.000… O la administración es lenta por falta de medios, o son los medios que usa la administración para ser lenta, pero recuerden que tenemos proporcionalmente un 50% más de funcionarios que Francia o Alemania, por poner un ejemplo…

            Mas contrarrestar la desigualdad no es tan solo que un imperativo de equidad (“Una menor desigualdad y un crecimiento sostenido pueden ser las dos caras de una misma moneda”, establece el propio FMI), es que es también un imperativo de justicia. De justicia social, por lo menos, y de justicia procesal casi seguro que también – nuestro sistema fiscal es el más injusto y desproporcionado de toda la UE – pues tienen más cargas fiscales y menos aumentos laborales los de bajos ingresos que los de alto poder adquisitivo, y aquí va incluida la clase política, claro, que es la clase regente…

            …Y quizá en esto está la clave de bóveda. En que los que tienen que corregir esta desvergüenza son, precisamente, los que se benefician de la desigualdad. Ellos y sus grandes y paniaguados amigos protegidos… En China, los que comen pangolines en los atestados mercados son la población más pobre, es la primera en infectarse, la que más tributo de vidas paga, y la última en desinfectarse. Pero en todos los países cuecen pangolines, y en España, a calderás… Está claro que sí, que vale, que bueno, que como aquella vieja serie, “los ricos también lloran”, pero menos, bastante menos, siempre mucho menos, que los pobres.

            Existe por ahí rulando una especie de mantra, de jaculatoria oficial con aspiraciones de querer hacerse popular: “saldremos de ésta todos juntos”. Pero eso, de momento, y va para largo, es un espejismo, una entelequia, una utopía… Hay al menos un par de razones que lo invalidan. La primera de ellas es que los propios políticos que la han parido no están por la labor. ¿Acaso ha visto usted que los partidos (sus dirigentes) estén por trabajar “todos juntos”?.. Rotundamente, no, más bien todo lo contrario, solo les vale el zancadilleo y la puñalada trapera desde la gatera, y el insulto barriobajero a barlovento desde el parlamento. Menuda unidad…

            Y si somos los ciudadanos, “todos juntos”, los pobres cada vez más pobres junto a los ricos cada vez más ricos, no creo yo que… Miren, están estirando tanto las desigualdades e injusticias sociales, que, si no lo corrigen con el honor y pundonor que aún pueda quedarles, va a llegar un momento en que se va a romper la cuerda, la gente va a empezar a tirarse a la calle en masa y aquí nadie va a saber lo que pasa… No, no lo están haciendo bien. Ni mucho menos. Nada bien…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ http://miguel2448.wixsite.com/escriburgo

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