Muy de vez en cuando, pasa alguna cosa que lo reconcilia a uno con el mundo... no con lo que queda del mundo que uno quiso. Que tampoco es que sea mucho...
Y es que un tribunal de los Países Bajos ha sentado un precedente mundial: ha atendido la demanda de una modesta ONG de Amigos de la Tierra, Milieu Defensae se llama, y ha condenado a la super-todopoderosa Shell a reducir sus emisiones un 45% para dentro de 10 años...
Un David venciendo a un Goliath no se da todos los días, y la sensación de que toda justicia es posible resulta un consuelo... A ver si cundiese el ejemplo, ¡joer, ya..!
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