Bueno, pues ya está… Tutto capo di cappi indultati. Ahora, a ver qué pasa. Las espadas están en alto y las espaldas están a la expectativa, pues los – votadores más que votantes – del partido, están/estamos que se las volvemos y devolvemos en las próximas urnas como esto se descubra que solo ha sido una pirueta para conservar el poder (él) y no una jugarreta para quitarles poder (a esos mismos nacionalistas), que es como se ha vendido la burra (o burrada) ésta… Lo vamos a ver nada más pasado el hastío del estío este…
De momento, el independentismo recibe los indultos en tono chulesco, despectivo y desafiante. Junqueras, Cuixart y el resto de la banda de “forrajidos” (de forraje) proclaman su “triunfo”, así como la “derrota del Estado Español”. Es lógico. Están vendiendo su liberación como héroes, no como mindundis… Por otro lado, el gritón de Waterloo, Puigdemont, aprovecha el guirigay de gallinero para interpelar a Sánchez, “el liberador”, que a él cuándo le toca regresar con paseíllo y fanfarrias… Todo esto entra dentro de la actuación normal de esta gente. Que declaren en sus medios que “el indulto es el preludio de la derrota que sufrirá España en Europa”, o que ya está aquí la “independensi”, son brindis al sol para jalear a sus paganinis, seguir mamando de la teta estelada, y justificando las derrotas como triunfos…
Lo cierto y verdad es que lo que ladren estos perros, mí me importa bien poco… Lo que sí que me importa es la opinión de esa enorme mayoría de catalanes moderados, centrados y templados, que no están por los tontigutifarres estos. Mi interés reside en toda la catalanidad a la que (como reconocía la presidenta de la Asamblea Nacional Catalana) si nos indultan a los títeres va a ser más difícil engañarlos… Esa es la gran franja de catalanes para los que quiero creer que ha sido dirigido el mensaje de los indultos, para los que deseo creer que aún conservan la capacidad de pensar por su cuenta, no a los que los cenutrios de su “govern” les han comido los tarros y las barretinas… Quiero pensar que es una demostración del gobierno español de que la cosa no vá por los embustes que les cuentan sus ayatolah´s, sino por la vía del consenso, del diálogo y de la negociación… Que la uniteralidad es una fantasía irreal que no existe en ninguna democracia del mundo, ni en Europa, donde estamos. Que no escuchen los cuentos y las mentiras de los que solo traman su propio interés.
Lo demuestra el mismo Junqueras, que, tras declarar antes del parto, precisamente, lo de la irrealidad de la uniteralidad, pasa a declarar, después del parto, en su Radio Catalunya, que esas medidas de gracia “son un triunfo que demuestran las debilidades del aparato del Estado español”… Enorme y flagrante contradicción hasta para los suyos propios… El discurso de la maldad intrínseca de un estado absolutista que los mantiene presos, se torna en la estampa de un estado débil que los indulta, luego, aparte la absurda dicotomía, está justificando su propia prisión y la de los suyos, cuando achaca el perdón a la “debilidad” de ese mismo Estado… Patético.
Lo que le pasa a este supuesto plan, es que tiene un talón de Aquiles tremendamente frágil: el resto de España… Me explico: lo que esta estrategia puede ganar de terreno en esa catalanidad reflexiva y moderada, que son los que, al fin y al cabo, guardan el fiel de la balanza en las elecciones, puede quebrarse en el mismo momento en que partidos como el PP y Vox orquesten campañas de odio y anticatalanidad en que caigamos los casi siempre crédulos e infelices españoles… Entonces se producirá una reacción contraria de igual magnitud, que siempre, siempre, siempre, juega a favor de los secesionistas. De momento, la “colonoscopia” de plaza a la que se sometieron ambos partidos (la comparsa Ciudadanos no deja de ser más que los restos de un naufragio, un ya fantasma) no les dio más resultado que el de sus contados incondicionales. Afortunadamente…
Esperemos que los dioses concedan a la españolidad la suficiente templanza como para jugar esta baza con la suficiente inteligencia… Si así no fuere y la cagamos de nuevo (el síntoma de agotar el papel higiénico en tiempos de pandemia y crisis es porque siempre la vamos cagando) entonces habremos de repartirnos las responsabilidades del fracaso con Perisancho, “el perdonador”, y está meridianamente claro que pagará con su corona la fallida ocurrencia…
Es por todo esto el que un servidor del convento lo que intenta es ponerse equidistante en toda esta merder de juego de tronos y tronaeras. Nadie es ajeno – aún tan solo que con su opinión – a esta cuestión de los indultos y de los insultos. Nadie. Así que voy a permitirme practicar el noble arte de la equidistancia a la hora de repartir las cartas entre los fuleros del tablero… Y a quién San Pedro se la dé, San Cucufate se la bendiga… La suerte, está echada.
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