Corre un twiter por ahí de una tal Carolina Muñiz, una joven que nos tacha a los jubilados de parásitos: “una carga, gente que está en el vicio, y no aporta nada al país”, y pregunta, “¿por qué debemos pagarles?” (ese “debemos”, en plural, denota su sublime ignorancia). Y sigue: “tendríamos que quitarles ese beneficio, pues la gente humilde con niños lo necesita más”… y aún prosigue: “los jubilados son un dolor de cabeza… deberían desaparecer”. Por si su aguda ocurrencia aún no ha quedado bien clara, apostilla: “ellos no trabajan, y viven encerrados en sus casas”, y termina con un airoso: “Chao a las jubilaciones, y más asignaciones”…
No sé de qué modelo de sistema educativo habrá mamado esta pobre niñata ignorante, pero demuestra el profundo oscurantismo de tales planes. Porque no llego a creerme que sea maldad intrínseca, y más bien lo achaco a la inmensa incultura en que nuestros jóvenes navegan una vez que cuelgan su último título en las desnudas paredes de sus impólutas meninges… Pero me preocupa, claro que me preocupa, que nuestra juventud, en su planicie mental y su falta de preparación social, comience a pensar así en general, porque, de ser tal, los jubilados del mañana serán convertidos en compost para resultar de alguna utilidad, según ellos… Está claro que esta clarividente zagala, una de dos: o asume su propio destino llegada a emérita (que llegará antes de lo que ella misma espera), o quizá se piense que será elevada en cuerpo joven – no sé si alma – a los cielos en que se salvará de su propia decadencia, tanto moral como mortal (ojalá y sea salva de su estupidez, al menos)…
No creo, naturalmente, que tal espécimen me lea – en realidad dudo que lea algo fuera del propio vómito en las redes – pero, si alguien la conociese por un casual, o por un causal, haría una obra de caridad ilustrándola un poco, si bien que elementalmente, no sea que pille un atiborre de información y se nos enceporre aún más de lo que ya está. La ignorancia no se cura de golpe, tiene un largo tratamiento.
Pero habría que informarle que a nosotros, los jubilados, nadie nos da nada que no sea ya nuestro. Que lo que se hace es devolvernos en paguicas mensuales una parte de lo que nosotros mismos hemos adelantado al sistema para nuestra vejez. De nuestro propio bolsillo. Y que incluso muchos no llegamos a cobrar cuanto hemos cotizado en largas décadas de trabajo… Y que aún la devolvemos a la sociedad gastándolas en la economía de consumo (a lo mejor algún progenitor suyo cobra su sueldo de ahí)… Es que, esta córvida criatura, por lo que se ve, cree a pies juntillas que lo que nos llega para nuestro mantenimiento, sale de los bolsillos de los padres que le pagan el botellón y sus quedadas, y que también trabajan, no solo para mantenerla a ella, a sus necesidades y caprichos, si no para que a ellos les quede también un digno retiro. A lo peor no sospechan que su hija piensa convertirlos en salami…
Es más, habría que decirle a esta criaturica que, es incluso posible que gracias a sus propios abuelos, ella está aquí, en esta sociedad, pensando y diciendo esas barbaridades (muchos nietos son, tienen y están, gracias a sus abuelos)… Porque el gremio de jubilados aún no ha terminado de servir a esa sociedad suya – no se sirve de ella, si no que todavía la sirve – acudiendo a nietos, incluso compartiendo sus exiguas pagas con hijos en el paro, ayudando a sus familias… Se ve que esta Carolina no anda fina. Y no ve la cantidad de críos pequeños de las manos y en las casas de sus abuelos. Muy ciega debe estar la tontalnabo ésta…
Despide su alegato con ese “chao a las jubilaciones, y más asignaciones”, que invita a suponer que lo que se nos devuelve a los jubilados, se les desvíe a ellos para sus cosas… Le repito que ese dinero no es suyo, pues ella aún no lo ha ganado, ni lo ha pagado para que se lo reintegren una vez deducidos los impuestos, claro… Es más, me falta saber si la tal Carolina Muñiz paga impuestos, y si ya ha nacido mariposa de la oruga del parasitismo, o todavía no, que aún sigue dentro de tan nutricio capullo… Es que solo así se puede opinar como opina ella. Desde la inconsciencia del más absoluto e irresponsable desconocimiento.
Haga cada cual lo que estime oportuno y en conciencia con esta carta. Carta que, de seguro, no llegará a sus manos, ni sé siquiera si llegaría a entenderla… Pero sepan ustedes los cuervos que estamos criando entre todos, pues mañana les sacarán los ojos.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
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